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Dara amaba mucho a su novio, pero cuando se dio cuenta que él solo la quería para quitarle la virginidad, decidió irse a un crucero con sus mejores amigas, y acostarse con un sexy magnate italiano que vio apenas entró al lugar, sin darse cuenta que terminaría dándole su virginidad al mejor amigo de su padre.
PRÓLOGO
Mi teléfono no deja de sonar desde que salí del apartamento que me regaló el abuelo Miguel en Blue Sky.
Seco mi frente con un pañuelo de papel que saco de la cartera de colección que sostengo en una de mis manos. Mi hermana Sandara me queda viendo para que me apresure ya que por mi culpa ambas vamos tarde a la reunión de accionistas de la empresa de la familia.
Le pido a mi chófer que maneje lo más rápido posible ya que no me quiero topar con papá si llegado al caso nos ve llegando con retraso a las oficinas de Techology Inc. En pocas palabras no sé cómo mi madre se lo ha aguantado por tanto tiempo siendo el hombre que me dio la vida, demasiado posesivo y celópata. Acomodo mi cabello a un lado y lo alboroto para así no parecerme a la sosa de mi hermana gemela, lo sé, lo sé, es un chiste interno.
Bajo el portafolio dónde llevo toda la información requerida para el día de hoy y me detengo al sentir de nuevo ese ligero mareo que termina moviéndome todo y no me permite avanzar. Aprieto los ojos porque le ruego al cielo que no sea lo que estoy pensando.
Maya, mi mejor amiga viene bajando las escaleras a toda prisa y hace señas que el abuelo ha llegado de Madrid y esto empeora todo. A Miguel nada se le escapa. En pocas palabras, estoy frita.
-Miguel está echando humos por las orejas, les conviene decir algo convincente. Ya saben cómo se pone si un Smirnov no da la imagen que debería de dar.
Y yo soy el vivo ejemplo de esto; después de que Liam me abandonó en medio de la fiesta de celebración de los cuarenta y siete años de matrimonio de mis abuelos, ya que lo había confrontado cuando uno de sus amigos me envió por accidente un video en donde exponía que solo estaba conmigo por «mi virginidad» me decidí a no dejarme pisotear por nadie y creo que eso fue mi mayor error.
A mi hermana se lo ocurrió la grandiosa idea de irnos de crucero por el mar Caribe y aunque papá y el abuelo no estaban de acuerdo con esto, las mujeres Smirnov siempre salimos ganando. Todo estaba bien hasta que a Maya se vino la macabra idea de darle mi virginidad al primer tipejo que cruzara la puerta de aquella discoteca donde nos estábamos divirtiendo.
En su momento no me pareció tan descabellada, regresar a Greentown diciéndole a Liam su cara que eso que tanto quería se lo había dado a otro, me parecía la mejor venganza de todas. Bueno, eso creía antes.
Un par de tragos calentó mi cuerpo lo necesario para entrar en ambiente. Los hombres nos miraban como presas de carne que ellos anhelaban devorar de un solo bocado. Toxic de Britney Spears suena en el fondo y me dispongo a sacar toda esta ira que llevo por dentro.
Aunque quiera ocultarlo, creo que me dolió lo que ese bastardo gilipollas me hizo. Le di tres largos años de mi vida sin saber que siempre buscó una sola cosa. Tomar mi virginidad y entrar en mi familia.
Chillo al sentir la mano indiscreta de Maya llamándome y abro los ojos al ver al adonis que acaba de entrar al lugar. Su cabello rubio revolotea por el movimiento de su cuerpo fornido dotado con puro musculo con cada paso que da. Sus labios son tan carnosos que no me molestaría fundirme en ellos y ni hablar de la forma tan penetrante en cómo me miraba con aquellos ojos azules que debilitaron mi cuerpo con solo abrir la boca.
A la mañana siguiente amanecí desorientada en su cama, desnuda y con la cabeza vuelta un lío. Como pude salí de aquella habitación con mi corazón bombeando con fuerza y con miles de dudas navegando por mi mente sin cesar.
¡¿Qué mierda había hecho?! Y lo peor es que ni siquiera me sabia su nombre y lo único que recordaba era su boca sobre mi cuerpo y los orgasmos que me arrebató.
Muevo mi cabeza alejando todos esos recuerdos de un hombre que ni siquiera fue capaz de decirme como se llamaba.
-He comprado una prueba de embarazo...-abro los ojos al escuchar las palabras de mi mejor amiga. Le coloco las manos sobre la boca para que se calle. Si alguien la escucha, estoy muerta.
Muerdo la uña de mi dedo índice-¿Sí sale positiva?
Sandara se tapa la cara-Papá te va a matar...
-¡Vean esta hermana que me gasto yo! -ambas se ríen por mi acusación.
Guardo corriendo la prueba en mi bolso y nos disponemos a entrar a la sala de juntas. Akim le da un beso en la mejilla a mi madre mientras que Miguel toma la cabecera de la mesa. Corro hasta el tío Alex para darle un beso para darle así la bienvenida. Tenía al menos ocho meses que no le veía.
-¿Cuándo llegaste de Italia?
-Ayer en la noche, cariño.
Me siento a su lado, Julia la secretaria de papá nos trae algo de café que termino escupiendo al ver al magnate que me arrebató la castidad entrar triunfal por la puerta principal de la sala de juntas. Los hombres de la familia se levantan de la mesa para abrazarlo entre risas y bromas.
Maya y Sandara entran en pánico y me sumo al ver como sus ojos me ubican y me reconocen.
El abuelo se acerca a mí y me quedo inmóvil sin saber cómo reaccionar-Hija, ven a saludar ¿No te acuerdas de él? Bueno, eras muy pequeña para eso ¿No? -Miguel le da un manotón en el hombro a Alex.
-¿Quién es él? -suelto con un hilo de voz y una prueba de embarazo en el bolso.
-Él es Sergei... -responde el tío Alex, pero el rubio delante de nosotros lo corta.
-Un amigo de la familia... -toma mi mano para luego jalarme hacia su pecho-Que divertido se ha vuelto esto ¿No crees? -susurra en mi oído y me alejo cuando Akim lo acribilla con la mirada. Papá, demasiado tarde, este tipo me desvirgó.
Una junta, un nuevo accionista, una familia donde los hombres son unos psicópatas y una Smirnov que dejó de ser virgen a manos de un tipo mucho mayor que ella.
Creo que papá usará el arma que guarda en su escritorio, estoy más que segura...
¿Alguien tiene idea de cómo voy a salir de esto? ¡Porque yo no!
Romina no podía creer lo que sus ojos estaban viendo mientras que sus familiares no dejaban de observarla con detenimiento, su padre había llegado a su fiesta de cumpleaños tomado de la mano de una mujer que jamás en su vida había visto. Su madre murió cuando ella aún era joven, así que tarde que temprano su papá volvería a formar un nuevo hogar, pero lo único que no se imaginó es que, a estas alturas de la vida, esa nueva unión le traería consigo un nuevo hermano mayor. ¿Qué sucederá cuando las cosas entre ellos sobrepasen los límites? Aarón Sullivan es problemático, egocéntrico y un maldito desastre...
¿Cómo le explicas a tu novio que estás embarazada? ¿Cómo les explicas a tus padres que serán abuelos? ¿Cómo le explicas a tu jefe gruñón que el bebé es de él? ¿Cómo le explicas al mundo que sigues siendo virgen? Terminé embarazada de mi jefe por error...
Sabrina quiere huir de Adler, y su obsesión tóxica por ella. Ella se casó con el mafioso para pagar la deuda de su padre, pero día tras día desea morir cada vez que la bestia alemana la toca. Su esposa es la luz de sus ojos, y es capaz de asesinar a quien sea para seguir reteniéndola a su lado, aunque eso también indique matar al nuevo guardaespaldas de su familia. Erick ayuda a la reina de la mafia a escapar, y ahora el rey la quiere de regreso, y a ese traidor tres metros bajo tierra. pero, ¿Qué sucederá cuando Adler se entere que alguien más tocó a su mujer? Adler siente una obsesión por Sabrina, y hará lo que sea para retenerla a su lado.
Damián Maxwell es el tipo de hombre que podría hacerte enloquecer con una sola mirada suya y Amelia lo sabía perfectamente. Durante cuatro años ha oculto cada una de las fechorías de su jefe, mientras intentaba tapar su peculiar vida sexual ante la luz del mundo. Los rumores sobre sus «Contratos sexuales» no eran un secreto para las mujeres que lo rodeaban, pero algo de un momento a otro cambio. Una maldición transformó la vida sexual de Damián en una completa tragedia. «¡Espero que al señor Maxwell jamás se le vuelva a parar la polla!» Fueron las palabras de su secretaria, Damián intentó arreglarlo, sin comprender que su miembro había reaccionado de una manera extraña al escuchar la voz de Amelia y que las mujeres que habían pasado por su cama no habían podido lograr. Maxwell necesitaba tener sexo para poder dormir luego de un momento traumático de su vida, y ahora ella era la única que lo podía ayudar. ¿Será capaz su secretaria tener sexo todos los días con su jefe, sin él llegar a enamorarse de ella?, ¿Amelia aceptará firmar el «Contrato» aun sabiendo que odia a su jefe? ¡Esto va a terminar muy mal!
Kimberly Holden volvió a su vida anterior. Antes, ella fue defraudada por su esposo infiel, acusada falsamente por una mujer vil y acosada por su familia política, ¡lo que llevó a su familia a la bancarrota y ella misma se volvió loca! Al final, embarazada de nueve meses, murió en un accidente de auto, mientras que los culpables se hicieron ricos y llevaban una vida feliz. Ante la segunda oportunidad que le regaló el destino, Kimberly estaba decidida a vengarse. ¡Que todos sus enemigos se vayan al infierno! Ella se deshizo del hombre infiel y su amante, reconstruyó la gloria de su propia familia sin ayuda de nadie, llevando a la familia Holden a la cima del mundo de negocios. Sin embargo, no esperaba que el hombre frío e inalcanzable de su vida anterior tomó la iniciativa para cortejarla: "Kimberly , no tuve la oportunidad en tu primer matrimonio, el segundo siempre será mi turno, ¿verdad?".
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Rachel pensaba que con su devoción conquistaría a Brian algún día, pero se dio cuenta de que se había equivocado cuando su verdadero amor regresó. Rachel lo había soportado todo, desde quedarse sola en el altar hasta recibir un tratamiento de urgencia sin su presencia. Todos pensaban que estaba loca por renunciar a tanto de sí misma por alguien que no correspondía a sus sentimientos. Pero cuando Brian recibió la noticia de la enfermedad terminal de Rachel y se dio cuenta de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se derrumbó por completo. "¡No te permito que mueras!". Rachel se limitó a sonreír. Ya no necesitaba a ese hombre. "Por fin seré libre".
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".