de el se encontraba acostado en su pecho mientras ella continuaba acar
cosas que van mas allá de lo físico y encontró ahí en aquella casa donde se encontraban sol
n ver su mirada y aquella tarde ella supo que en el mundo no habría otro hombre igual a él. Aquella mirada de ojos achinados era luz, era, música y amor, dulzura y ternura, aquella solo era una ventana para ver su
ía su mirada, continuó viéndolo mientras sonreía, lo abrazo con toda
nos que para ella eran tocar el cielo, las manos más suaves que ha
sonreía-le dio un
es tarde y debo llega
is
go –decía Alejandro mie
de triste
ealmente no puedo –dijo
c
edo hacer, dime,
staré pendiente de ti – dijo mi
Lo beso y en aquel beso de despedida su alegría no podía ser comparada, habia vivido en aquellas pocas horas tantas cosas, cosas tan hermosas que era imposible disimularlo, sonrió lo abrazo y volvió a verlo fijamente.
isculpa, realmente no s
dro nuevame
Esta vez Cristal no contuvo su risa, volvió a abrazarlo y le dijo: --No te preocupes mas por eso mi amor, no tengo nada que disculparte.
despidió y l
*
Aquellos recuerdos eran imposibles de borrar, a pesar de todo aquel dia que ella recordaba habría sido uno de los días mas magnífico que habían pasado en su vida. Cristal empezó su jornada laborar, distrajo su
s. Esa tarde se distrajo mucho, el trabajo se volvió t
y así nuevamente llego la noche. Tal cual lo hacia diariamente llego a la estación en la
cual agarraba el bus para dirigirse a su casa con una compañera a la cual con solo tres meces de haberse conocido la habia hecho su amiga. Irónicamente aquella chica a la cual habia conocido en el trabajo
habia pasado exactamente lo mismo que ella pero a diferencia de Cristal a aquella chica le habia ocurrido con su ex novia, ya que ella era gay; una de aquellas noches Susana, la chica que trabajaba con Cristal conto su historia, era realmente muy similar a la que habían vivido Alejandro y Cristal, mas aquella noche hubo algo que Susana le hizo pensar a Cristal, algo que nunca mas pudo olvidar.