o nos duele y
denomino «mal de mundo». Y entonces pido al cerebro y al espíritu que hagan un
me van a explicar que ya no sepa. Lo segundo que les exijo es que me transporten hacia esa comarca hermosa del continente humano llamada empatía. Y ya puestos a pedir a una historia que se corone ante mí cum laude, la reto a que me conmu
s en el diario de a bordo de una experiencia fascinante. Un viaje con aire de thriller, cuyo trayecto se va poblando de seres mitológicos y engendros macabros, nos cuenta l
do por la intuición del perro, el más fiel amigo del hombre, que anticipa el desenlace de una trama compleja, estremecedoramente humana. Y quiere el azar además que el nombre del perro, Fénix, nos ponga sobre aviso de la cantidad de cenizas y esperanzas quemadas de las que los pr
tiva del vivir... Y es que entre otras muchas cosas, esta historia nos habla de los dos grandes enemigos de la felicidad: lo que se tiene y corre riesgo de perderse y lo que no se tiene y se desea a cualquier precio. Pero también nos habla del tesón,
superlativo, la denuncia es clara y directa, el sentimiento se sirve sin aderezo... Asistimos a una vida emocional sin mediaciones, con una espontaneidad en ocasiones hiriente en su sinceridad, pero por ello con un incalculable valor de veracidad incontenida. No hay espacio p
n sistema entestado en ocultar el drama de tantas parejas que pasan por este mismo trance que nuestra pareja. No será que no deja claro el libro que seguimos ante la asignatura pen
o y sean especialmente sensibles al dolor ajeno, mejor que se ahorren la lectura de este libro. Porque duele; porque las verdades salen de la mano de sus protagonistas sin filtros; porque destapa una realidad sobre la que muchos han decidido seguir pasando de puntillas y mirando hacia otras ficciones más lúdicas y falsament
ra; la pérdida de referentes... Todo ello va conformando el escenario de un relato único, narrado en carne viva, que nos arroja en
r a cambiar las cosas. Ahí radica quizá el secreto para aplanar un angosto camino que nuestros protagoni
El
julio