u
ra de que el mundo lo sepa. - Dijo Víctor en una gran reunión de amigos mien
estando segura de que él era una de las mejores personas que conocían. Después de todo había estado enamorada de él desde que era una ni
interés por mí, más que una linda amistad. Por esta razón ya me había propuesto con toda mi fuerza a ol
erfectamente tallado de piel clara, ojos azules, cabello negro y unos labios gruesos capaces de volver loca
dices - le respondí sumamente confundida, mientra
ostro en sonrojado mirando fijamente la cara de su
se lo que estoy diciendo y sé que te he amado desde siempre – me dijo sin
to que digas eso
le dijiste que me quería, aunque ella siempre lo supo, ¿no es cierto Bea? Y por su puesto
na tonta incapaz de luchar por la persona que amaba. Y como había aprovechado la situación de mi viaje para desviar la vista de Vícto
r todo lo que estaba escuchando. Bea y yo habíamos sido amigas desde
arganta y como se deprendía mi corazón. Estaba herida y
a manera todo el tiempo. Además, siempre quise ocultar mis sentimientos hacia Víctor desde que vi como Bea lo miraba, me aparté de su camino por su pr
me decían que hacíamos una hermosa pareja y que el egoísmo de Bea no debía separarnos. A Víctor
icas pensaban que él era un galán
la a
amorado de Bea, creía que ella era una gran
de viaje, pues encontraba con su novio que era de otra ciudad. Me sentí sin esperanza e incluso algo engañado. Siempre creí que Rut le correspondía a mis sentimientos. Fue en ese mome
el fondo esperaba verla celosa y dolida, pero no, ella solo estaba feliz como si fuera algo que había deseado. Además, luego de su regr
ra
descubrí lo mucho que me gustaba pasar tiempo con Daniel y lo extrañé más que a nadie. Pero después de lo que hizo Víctor anoche y de su confesión de amor delante de
puerta de mi habitación y entró Adriana llena de curiosidad. Quería saber que pasaba por
dudas mientras miraba a Adriana con una mirada de auxilio, r
bía sido Daniel. Pero aun así no creía que me convenia estar con él, pues podía recordar lo lind
r que Daniel decía sentir por mi – por esto quería que las cosas se aclararan a tiempo con Víctor u
ndo con Rosa. Luego, terminó con ella porque se dio cuenta que lo que hacía estaba mal, saliendo con ella
a cuando tuvo que pasar por esta situación, y aun no
nceridad, cada vez que dice que me quiere. Además, se
ero verte con el corazón destrozado, dale tiempo a
atención de las chicas a su alrededor. Además, era muy amable, atento, cariñoso y muy divertido. Solía ser el alma de las fiestas. Siempre que se reunían Adriana y él se encargaban de que la r
su trabajo. Era una gran abogada y tenía u
una amistad intachable por años. Tal vez Víctor se había confundido y las cosas no habían sido exa
próximo libro, debía tomar un momento para aclarar las cosas,
a mi cuerpo y unos zapatos sin tacones. Recogí mí pelo en una cola y Salí directo a la oficina de
endo toda su espalda vistiendo un elegante vestido rojo hasta las rodillas y muy ceñido a su perfecto cuerpo. Estaba muy enojada gritándole órdenes a su secretaria con el ceño frun
atención. Me miró e in mediatamente puso los oj
ciente ya lo que me has hecho? – pregu
a mí eso fue una sorpresa como para ella. Nunca pensé que el sería capaz de algo como eso. Además, yo creía que Víctor yo no sentía nada por
en público y hacerme el hazme reír de
tengo la culpa de que Ví
a él estaba conmigo, ¿no pod
emos sido amigos, tú l
ho a enamorarlo sabien
amoré, solo
te besó por primera vez y los vi en tu casa barias veces más juntos de como estarían dos amigos,
que sabía que lo querías y no deseaba hacerte daño y además ya terminó, hace mucho tiempo que no permití que pasara más, solo por ti para que no sufrieras.
ártir, la que sacrificas todo, nunca pensaste en mí,
as o no si dejé a Víctor fue por ti, y me alegré bastante cuando supe que por fin estaban juntos, además si tú, sabias lo que estábamos si
a hacer lo que fuera para estar con él. No me interesa ser la sacr
ncia, donde Víctor era el gran trofeo? –
o lo que más he querido y lo iba
cía, que todo lo que creía de ti era u
oces, pero tranquila ya lo har
entía como las lágrimas corrían por mis mejillas, sé que pude escuchar el sonido de mi corazón mientras se rompía en mil pedazo
ntió lo mismo por mí. Pero que equivocada estaba, al final Adriana siempre tuvo razón, Bea era solo una egoísta. Y pensar todas las veces que la
venir, ahora me sentía peor que antes. Aunque al menos ya no estaba confundid
mas que aquella conversación tan amarga había provocado. Solía mostrarme fuerte ante los ojos de los demás
conversar con ella. A pesar de que sabía que tenía que trabajar, no me sentía en condiciones de hacerlo y aunque lo intentara
rté con el sonido de mi celular. Recibí un mensaj
mi mente. Eso haría que me relaje y pueda comenzar a trabajar, sabía que no podí
. Me dijo que llegaría por mí en hora y medi
hice algunas ondas. Me puse un maquillaje sencillo y un perfume con un aroma muy dulce. Me sentía hermosa y lista para la ocasión. Siempre me gusto arreglarme, me gusta mucho la moda, de he
sentir como mis mejillas se teñían de rosa al mismo tiempo que mi cuerpo se erizaba por completo al ver su hermosa sonrisa de medio lado que
y me brindó esa hermosa sonrisa. Sabía que yo había llamado su atención al instante, aunque yo aún estaba enamorad
n salido de una revista de moda. Cualquiera que lo viera quedaría derretida de inmediato. No puedo creer