s y torturarlos hasta que hablaran o murieran, a ser yo la torturada. Lo único que cambiaba aquí era que de mi boca no salía nada, ni un jadeo y menos un
como pensé cuando fui derrotada por aquel hombre. Digo, yo he matado a muchos
en mi. Cuando empecé a hacer parte de los cazadores, fue una de las pr
satisface ver la frustración cuando no consiguen nada de mí, más que una s
urada, como si la tortura del día anterior nunca hubiera existido. La cara de los guardias, u
e subestiman a mi? Soy una cazadora, que tan suicida debo de ser para venir a la cuna del demonio sin p
a el verdadero poder que llevaba dentro de él, no el que utilizo para el adolescente, o para pelear conmigo, no, es el verdadero. Sin poder contene
ientes de ser
e dejó desconcertada al no e
bé
mis labios. - ¿Arrepentirme? No me hagas reír, pequeño demoni
taba furioso por mis palabras, era claro que no le gustaba que
zaba a acostumbrar desde que lo había conoci
ver a hablar, - me gusta. Es sorprendente como aún estando en la situación
s falsa de las que ya h
ca pero nunca, voy a temerle a al
ro en este momento son mi única arma y la utilizaré lo mejor que pu
no era muy difícil saber que las mujeres aquí, aún eran tratadas como objetos al no ser de una familia importante. Pero aquella chica se había esforzado por estar aquí, h
ror debió bajar la cabeza cuando le convenía, se metió conmigo lo que es una lást
mi hermano dio muy bien más e
su hermano
terrumpida por mi melodiosa voz. -
lo que dice a
... S-
es por qu
í mi labio para reprimir la carca
señor. Aquella
o y se giraron a observarme. - Ahora tod
el Demonio. Su voz era tan gélida que hizo que cada vello de mi piel se e
odos van a preg
cho señor. - Co
s quién la
a escuchar el corazón de la mujer yendo a mil por hora. - Cuando terminábamos la tortura salíamos
e está? - A diferencia del segundo hombre que había llega
cara, estaba en problemas. Cada persona tiene sus trucos para s
será adelantado. - Hablo el hombre lobo. Se giró para observarme, me detall
a el papel, a es
s personas, que me miraron por un momento antes de llevar su vista de nuevo
ués de tantos años, una presión se instauró en mi pecho; un mal presentimiento. Ninguno hablaba.
las retorció con nerviosismo sin que se notará. Intento qu
con burla. A qué le temía, todo el m
enía frente a todos sus hombres. Cuando intentó acercarse más para liberarme, en
que podía para arrancar las cadenas de la pared, - N
endo que yo cayera de rodillas. La sorpresa era clara en el rostro de la mujer. Cuando llevé a mi vista
par todo el ti
. ¿Que si estaba débil? Como nunca antes. ¿Que si me sentía agotada? Nunca había sentido mis bra
uerpo estaba perdiendo todo tipo de energía, y solo significaba una cosa. El hechizo
que había se
ucia y mi ropa era la misma del primer día, con la diferencia de que no tenía m
n más que testigos, mientras que delante, había vari
espaciosa, todo es extravag
a forma que decidiera qué hacer conmigo, saldre bien librada. Me odian, algo que es
personas. Mi respiración se corta al sentir su poder, me moví con incomodidad h
onencia era sorprendente, pero lo más sorprendente era lo lejos que se encont
levaron su vista hacia lo, lo que m
sona, - Pero la incomodidad, no impidió
mpiece
ue todos sabemos que lo mejor para afrontar y sacar
o se helara ante su frialdad, - Tu belleza es indes
de acabar con una mujer miles de años menor. - Intento dar un paso adelante, pero el guardia me devuelve de golpe jalando de la c
. - La delicada voz de la mujer al lado del gran Alpha, se hizo escuc
on sinceridad, a veces era mejor dejar la burla de lado, aunque fuera por unos segundos. - Además tengo entendido que la
y no pude evitar reír cuando por el rabillo de mi ojo vi como
luego dicen que los humano
nde ante las acusaciones? - Dice, el Rey vampiro, la calma y el aburrimiento indicaron
o solo veo dos opciones. La primera y más sencilla, la muerte, ustedes me cortan la cabeza o me sacan el co
me digné a poner los ojos sobre la pera de brujos, que man
que así como ustedes para la raza humana son los villanos y los protagonistas de un cuento
estruido familias sin importanc
os brujos. - Ustedes también mataron a mi famil
e con burla ahora la reina de las
cho, pero qué pasa con todas las atrocidades que ellos han cometido
o ustedes que? Ustedes son unos santos, ustedes no han matado nunca, ustedes no se han aprovechado de
ado a ciento de cada especie sin remordimiento alguno. Siempre estaremos un nivel más a
e una forma psicológica ante sus juego, que sus palabras no tuvieran efecto en mí
mi. Ahora soy la última que los caza, y están a punto de matarme, así que porque no terminas con e
mera vez la reina de los vampiros. - Crees que voy a creer esa charla de que soy la última y su
sa sarcástica. Llena de senti
mó una calada de aire, para intentar no perder la compostura. - ¿Nunca se preguntaron dónde estaban los hijos de todos los cazadores que asesinaron esa noche? ¿Nunca pero nunca se preguntaron qué fu
os ya no eran los reyes. Sus hijos lo eran, aquella personas que estaban frente a mi ya no sabían gobernar
su reacción, lo había descubierto en media hora, lo que ellos habían escondido durante cuatro años. - Ustedes ya no gobiernan, están desactualizado
e de avanzada edad en años, pero que en apariencia aún se mantenía, sonreía torcidamente, la maldad brilla en su
blo termin
ona en la sala. Mi corazón empezó a palpitar a mil por segundos y por primera vez la valentía abandono mi