sta de Elen
eparando las revistas científicas que definían mi carrera de los recuerdos olvidados que marcaban una re
iario fue sorpren
cerca del instituto, Dra. Cervantes. Espe
, se vendió rápidamente. Ni siquiera miré hacia atrás mientras los nuevos dueños firmaban los papeles. Era solo un edificio, desprovisto del calor que tanto
a impecable, mi comportamiento profesional. Nadie se atrevía a preguntar sobre la repent
a, he perdido el análisis de la resistencia a la tracción del
an ansiosos por responder, ahora estaban quietos
amente preparado, los oscuros libros de referencia ya abiertos en su escritorio. Sus gracias murmuradas, usua
me estaban afectando. Simplemente esperaba mi presencia, mi competencia, mi apoyo i
a periferia, una flor de pared en una sala llena de egos florecientes. P
del color del champán, efervescente, como ella. Alonso, por su parte, parecía marginalmente menos incómodo de l
murmullos no eran de ciencia esta noche, sino de especulación. La nueva pareja de pode
sa deslumbrante, se
ulosa organización de la Dra. Cervantes ha hecho mi transición increíblemente fluida. Todos esos arch
o de la sala. No era un elogio. Era una declaración pública de
ron a mis costados. Pero entonces, una extraña ca
ando su mirada con una e
til, Dra. Gamboa. Siempre es satisfactorio ver q
iforme, sin t
posaron en mí. Un destello de sorpresa. No esperaba que hablara, y mucho menos que respondiera con un
ía vuelto invisible. Veía una función, no una persona. Mis sentimiento
salida, ansiosa por desaparecer en la noche, cuan
da de una cadencia familiar y
té del
da que discu
able-. No eres así. La casa, el traslado, l
o por completo. Mi mirada se enc
bras que había ensayado cien veces en mi cabeza ahora saliendo, frías y claras-. Alonso Sot

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