e aseguré de no tirar nada. Si se me hubiera permitido sudar, probablemente lo habría hecho. Decidida a no h
o se hubiera derramado en la mesa; sin embargo, cayó un poco de líquido en el traje del hombre al que se suponía que debía servirle la copa. -¿Pero qué hace
para limpiar el traje del hombre, pero, antes de que p
mayor que yo, así que probablemente no era tan estricto. Él tenía una cálida sonrisa en el rostro y frunció el entrecejo cuando me descubrió ob
de la misma forma en la que él había estado evitándome. La última vez que me miró a los ojos f
o envolvió con prontitud mi muñeca y me jaló lo suficientem
parando para el regaño, así que me alejé con prontitud para tomar distancia mientras asentía con la cabeza. Por unos cuantos segu
mayado solo por los nervios ya de por sí era demasiado vergonzoso, así
za. Miré entre Cristian y el joven que me había dicho que no me preocupara por haber arruinado su traje. Por la forma en la
mirando. Estaba claro que ya era demasiado tarde, siendo que ya me había acost*do con mi jefe, pero no quería involucrarme más con esas personas de n
mantuve mi cabeza gacha e intenté quedarme de ese modo hasta que todos los hombres se fueran, pero entonces noté que una figura caminaba hacia mí y mi
r con una expresión apenada en el rostro. Sostuvo su mano contra mi frente e hice mi mayor esfuerzo
n el uno con el otro y el resto de las chicas se unieron a ellos. Yo me sentí agradecida de que Javier por fin quitar
y se aclaró la garganta, lo que
ico que dijo y se fue. Javier nos regaló una última sonrisa antes de obedecer a
La verdad es que me sentía fatal, pero si una no se siente bien, entonces no puede trabajar. Y no estaba en una situación en la que pod
de hombros y pasó su mano alrededor de mis hombros. -
e podría estar sintiéndome así
verdad me en
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