ista de An
do a ceniza en mi boca-, descubrieron
s no dichos. Carlos se estremeció de nuevo, un temblor profundo
que si me divorciaba de Carlos, se mataría. Dijo que su dinero era su única seguridad. Mi padre
su mano volan
con eso? ¿Después de
mirando
o al día siguiente, sin avisar, sus rostros contorsionados por la furia y la desesperación. Me ac
i madre, agarrándose el pecho dramáticamente-. ¿Me o
o, había dado un paso adela
ros? ¿Crees que puedes simplemente tirar esta vida a
al de mis padres y la herida abierta en mi alma por perder a mi bebé, sentía
ept
os estaban simplemente... chupándome la vida, peleando por las sobras de mi existencia. Miré a Carlos, luego a mi
a mi cara, su respiración superficial. Él
le-. Agarré el cuchillo más afilado que pude encontrar
tó un gri
os mío, nunca
lágrima escapando y trazando u
uedó mirando. Se lo dije. Le dije: "Firma los papeles, Carlos. Fírmalos ahora. O juro por Dios que lo ha
ra por mí, me di cuenta más tarde. Era por el escándalo. Por
ebrándose ligeramente-. Necesitaba que todo
El acero frío contra mi piel. El dolor agudo y punzante mientras la
delante, agarrando mi brazo, forzando el cuchillo lejos. Pero e
ron, sus amenazas momentáneamente olvidadas. Había sacrificado un pedazo de mí misma, literalmente, pa
, dejando atrás solo un dolor sordo. Karla
-. Mi pobre y dulce Andrea. ¿Por qué? ¿Por qué
ado en su fuego cruzado -dije, mi voz recuper
nterrado en sus manos. Sus hombros temblaban con lo que parecía angustia gen
ria cruda dirigida a Carlos-. ¡Te quedaste ahí parado y la viste! ¡D
la mano para tocar su brazo sua
de mí, sacudi
r estado aquí, Andrea. Debería haberte protegido. ¡Debería haberles
suave-. Estoy bien ahora.
ándome con ojos l
ar por eso sola. No ten
n pequeño destello desafiante
rta del auto
Puedo pedir un
muñeca-. Andrea, por favor. No te vayas. Déjame compensarte. Todavía puedo compensarte. Lo sient
arrogante magnate de la tecnología, reducido a un desastr
u amante sobre tu esposa embarazada? ¿Por dejar que mis padres me usaran como moneda de cambio? ¿Por verme san
golpe con una finalidad que resonó en la
da, pero no miré atrás. Hice señas a un taxi que
Un dolor familiar resonó en mi pecho, no de anhelo, sino de los ecos persistentes de lo que una vez fue, y lo que nunca podría volver a ser. Estaba rogando por perdón,

GOOGLE PLAY