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Historia
La cicatriz que liberó mi alma

La cicatriz que liberó mi alma

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1508    |    Actualizado en: 11/12/2025

les del divorcio, tuve que presionar una n

de que acababa de ver a su amante empujarme por

arlos no llamó a una ambulancia para mí; l

regular y el alma rota, deján

juego de "Yo nunca nunca" trajo todo d

orando a su ahora esposa Brenda, y susurr

yo era una rompehogares, e intentó at

z, yo no fui

Diego, y le cerré la puerta en l

éfono: "El magnate tecnológico Carlos Bustamante mue

en mi cuello y f

ocó a la puerta; l

ítu

ista de An

No literalmente, por supuesto. Pero el hombre que dest

tales goteaban del techo, reflejando el suave brillo de las luces ámbar. Era la despedida de soltera de Mayra, una noche

emasiado fuerte sobre la música. Carlos Bustamante. El magnate de la tecnología, el favorito del público, el hombre que una

irregular cicatriz en la base de mi cuello, oculta bajo las ondas

clavaron en los míos. Una sonrisa lenta, esa curva familiar y arrogante, se extendió

olo se sintió como una corriente de aire helado-. Te ves... diferente. -Hizo una pausa, su mirada

onrisa pequ

traicionar nada de la tormenta que se agitaba dentro de mí-. Tú

un sonido desprovis

as nunca cam

Vi a Karla, mi mejor amiga, entrecerrar los ojos hacia él desde

diera decir algo más, Mayra aplaudió,

alleros, es hora de un

ó, bastante inocente, detallando locuras universitarias y elecciones de mo

labras- he sido traicionada por alguien a quien amab

lencio sepulcral. Cada ojo, parecía, esta

ción atorarse en su garganta. Su rostro, usual

está hablando ella. El pensamiento fu

erfecta. La vida que construyó sobre las cenizas de la mía. Él era el CEO, el filántropo, el hombre con la esposa de foto que acab

rganta, mi mira

clara e inquebranta

tivo recorrió a la mul

siento tanto,

o una aventura, terminó en boda. Todo un cuento de hadas, realmente. -Mi mirada parpadeó hacia Carlos, cuyos ojos

niendo entre Carlos y yo. Karla, sin embargo, pisó fuerte has

unca me dijiste que fue tan malo. Solo dijiste qu

espondí, mi voz firm

rada furiosa hacia Carlos-. Lo que pasó fue

de jazmín. Las piernas pálidas de Brenda Herrera envueltas alrededor de Carlos, en nuestra cama. La vista de sus cuerpos, enredados y grotescos, me ha

rla de encima de él, de nuestra cama. Ella había tropezado hacia atrás, con los ojos muy abiertos por el miedo, y luego me empujó. Fuerte. Sentí mis pies resbalar en el piso de madera

uego un chorro de cal

ara proteger a Brenda. Se había interpuesto entre noso

able! No eres exactamente una visión en este momento, ¿verdad? Mí

mbarazo difícil". Había prometido terminarlo, arreglarlo todo. Pero sus palabras estaban vacías, ahogadas por el dolor pu

llevó, él no vino conm

con el cuerpo adolorido y el vientre vacío, lo había mirado, su

susurrado, las palabras s

resente. El salón, la fiesta, el rostro atónito de Carlo

ró Karla, sacudiendo la cabeza-. Dio

ntimiento era claro en sus ojos ahora, una mirada desesper

mi voz plana, sosteni

hacia mí, su ma

rea,

instalándose sobre mí-. Es histo

ta, jalando a

sitaba escapar de su mirada, de su presencia. Necesitaba resp

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