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les del divorcio, tuve que presionar una n
de que acababa de ver a su amante empujarme por
arlos no llamó a una ambulancia para mí; l
regular y el alma rota, deján
juego de "Yo nunca nunca" trajo todo d
orando a su ahora esposa Brenda, y susurr
yo era una rompehogares, e intentó at
z, yo no fui
Diego, y le cerré la puerta en l
éfono: "El magnate tecnológico Carlos Bustamante mue
en mi cuello y f
ocó a la puerta; l
ítu
ista de An
No literalmente, por supuesto. Pero el hombre que dest
tales goteaban del techo, reflejando el suave brillo de las luces ámbar. Era la despedida de soltera de Mayra, una noche
emasiado fuerte sobre la música. Carlos Bustamante. El magnate de la tecnología, el favorito del público, el hombre que una
irregular cicatriz en la base de mi cuello, oculta bajo las ondas
clavaron en los míos. Una sonrisa lenta, esa curva familiar y arrogante, se extendió
olo se sintió como una corriente de aire helado-. Te ves... diferente. -Hizo una pausa, su mirada
onrisa pequ
traicionar nada de la tormenta que se agitaba dentro de mí-. Tú
un sonido desprovis
as nunca cam
Vi a Karla, mi mejor amiga, entrecerrar los ojos hacia él desde
diera decir algo más, Mayra aplaudió,
alleros, es hora de un
ó, bastante inocente, detallando locuras universitarias y elecciones de mo
labras- he sido traicionada por alguien a quien amab
lencio sepulcral. Cada ojo, parecía, esta
ción atorarse en su garganta. Su rostro, usual
está hablando ella. El pensamiento fu
erfecta. La vida que construyó sobre las cenizas de la mía. Él era el CEO, el filántropo, el hombre con la esposa de foto que acab
rganta, mi mira
clara e inquebranta
tivo recorrió a la mul
siento tanto,
o una aventura, terminó en boda. Todo un cuento de hadas, realmente. -Mi mirada parpadeó hacia Carlos, cuyos ojos
niendo entre Carlos y yo. Karla, sin embargo, pisó fuerte has
unca me dijiste que fue tan malo. Solo dijiste qu
espondí, mi voz firm
rada furiosa hacia Carlos-. Lo que pasó fue
de jazmín. Las piernas pálidas de Brenda Herrera envueltas alrededor de Carlos, en nuestra cama. La vista de sus cuerpos, enredados y grotescos, me ha
rla de encima de él, de nuestra cama. Ella había tropezado hacia atrás, con los ojos muy abiertos por el miedo, y luego me empujó. Fuerte. Sentí mis pies resbalar en el piso de madera
uego un chorro de cal
ara proteger a Brenda. Se había interpuesto entre noso
able! No eres exactamente una visión en este momento, ¿verdad? Mí
mbarazo difícil". Había prometido terminarlo, arreglarlo todo. Pero sus palabras estaban vacías, ahogadas por el dolor pu
llevó, él no vino conm
con el cuerpo adolorido y el vientre vacío, lo había mirado, su
susurrado, las palabras s
resente. El salón, la fiesta, el rostro atónito de Carlo
ró Karla, sacudiendo la cabeza-. Dio
ntimiento era claro en sus ojos ahora, una mirada desesper
mi voz plana, sosteni
hacia mí, su ma
rea,
instalándose sobre mí-. Es histo
ta, jalando a
sitaba escapar de su mirada, de su presencia. Necesitaba resp

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