img La Emperatriz que entierra su pasado  /  Capítulo 5 | 21.74%
Instalar App
Historia

Capítulo 5

Palabras:1256    |    Actualizado en: 08/12/2025

a, pareció drenarse de mis venas

anta. Tropecé pasando a Alejandro, pasando a Belinda, pasando los restos de mi vida

érica, pero no me importaba. Irrumpí fuera de la oficina, medio corriendo, medio tro

ía merodeando por la emboscada orquestada de Belinda, me rodearon como buitres hambrientos. S

plagió diseños de un joven artis

ión financiera en Desarrolladora Juár

o a la asistente del señor Juárez hoy

! ¡Fraude! ¡

mí, cada palabra una piedra

ción-. ¡No es cierto! ¡Nada de eso! ¡Solo... so

ecesitaba verlo. Sostener su mano. Decir adiós. Pero no me dejaban. Mi lucha desesperada con

"! -gritó un reportero, empujando su teléfono en mi cara-. ¡Dic

ra su profesión! -intervino otro, haciendo eco de los

ombrío. Debía haberme seguido. Me agarró del brazo, su agarre fuerte, casi magulla

e. Tu padre... yo me encargaré de los arreglos. Pero ahora mismo, necesitamos presentar

lágrimas, se encon

muerto! ¡¿Y tú estás hablando de relacion

sculpándose con Alejandro, creyendo en su bon

quebrándose-. Solo... aléjalos de mí. Ne

algo parecido a la lástima, cruzó su rostro. Una pequeña chispa de esperanza se encen

entre la multitud, su rostro u

! ¡Todavía me están atacand

y se derrumbó dramáticamente

n sus ojos se desvaneció, reemplazado por la preocupación familiar y posesi

mi amor!

mirada sin encontrarse co

tia. Tú creaste este de

a fría, d

l hospital. Necesi

errada a él, su sonrisa triunfante oculta contra su hombro. Me

abía elegido. De nuevo. Sobre mi padre

sus risas burlonas. Respondí a cada una con una calma di

con su libra de carne, paré un taxi, mi cuer

davía apestando a basura. No me importaba. Tropecé por los pasillos, ajena a las m

dor de la estación de enfermeras-. ¿D

joven con rostro amabl

padre... fue llevado al crematorio hac

mi alrededor. ¿Cremad

s un sonido-. Pero... pero qu

movieron de un lado a otro,

milias esperan. Pero el señor Juárez fue muy insi

e cuenta de que tal ve

.. todavía están en la sala de es

por el

luntad. Caminé hacia la sala de espera,

o vendaje en el antebrazo. Se reían suavemente, sus cabezas juntas, una intimidad eléctrica vibra

desvaneció en un vasto vacío. No quedaba nada. No más lágr

rta de la aerolínea: "Su vuelo a Londres

ños Flores. Era una foto de las rosas que Alejandro había

s semanas. ¿De dónde vinieron estas rosas? Hay una tarjeta

ro. Aunque borrosa por el té que le había arrojado a Belinda, las palabras aún eran dolo

burlaban de mí. Escribí una

alas. Y la

se abrió y Belinda salió, una sonrisa de compli

la última vez que tendré que llamarte así. Alejandro aceptó el divorcio. Quiere

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY