img El Altar, Las Mentiras, Su Penitencia  /  Capítulo 1 | 5.00%
Instalar App
Historia
El Altar, Las Mentiras, Su Penitencia

El Altar, Las Mentiras, Su Penitencia

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1119    |    Actualizado en: 08/12/2025

Mi hermana, Camila, me tendió una trampa, y mis propios padres ayudar

r a mi hijo, Leo, sobreviviendo a tres intentos

y está tratando de quitármelo. Incluso usó una prueba de ADN para demostrar

inalmente me defendí. Abofeteé a mis padres, cortan

aginé. La madre de Carlos confesó todo: las mentiras, la

a en un acto de penitencia,

a mi lado a través de todo, me había amado en secret

ítu

ista de Em

, pero el timbre del teléfono de Joel la hizo pedazos, arrastrándome de

la colonia Roma. El aroma a café tostado y pan de muerto solía

gado a apreciar. Pero el repentino y discordante tono de llamada hizo

l nombre quedó suspendido en el aire, p

e segundo. Hubo un destello de algo que no pude descifrar

tana hacia la calle bulliciosa. Un grupo de niños con sudade

uertas de la cafetería. Leo. Mi hijo. Aferraba un pequeño trofeo de plástico, su rostro

nos dorados y naranjas quemados. Una brisa fresca las perseguía, un último

, "solo estamos... tomando café", cada palabra cargada con una calma forzada diseñada para aplacar a quienquiera que

uego su mirada se dirigió a Leo, que seguía saltando en la banqueta fuera de la ventana, ajeno a la tormenta que

ñana otoñal. Leo se lanzó hacia mí, sus

pujó el trofeo a las manos, su sonrisa tan

llo, una ola de ca

bía que lo harías. -Mi voz sonó

rás de mí. Miró a Leo, luego a mí. Sus ojos estaban abiertos con

voz plana-. ¿Tú.

i expresió

. -Mi tono no dej

, una mancha de color vibrante y caótica contra el fondo otoñal apagado. Su bufanda de diseñador ondeaba a su alrededor, p

sprecio-. No me digas que estás tratando de hacer pasar a este niño como

do no solo estaba acechando; estaba parad

ó. Se apartó de mí, golpe

s mi papá! -Su voz era a

cia atrás, otra carcajad

entiras más grandes. -Ni siquiera miró a Joel

nte, un músculo crispá

ta. -Su voz era

finalmente habló. Sus ojos, usualmente tan compu

. Sonaba casi... decepcionado. Como si la chica obediente y pasiva

uerza. Sus pequeños dedos me devolvieron el apretón. Lo

aves del auto con torpe

es tu amigo? -Su voz

l rugido familiar u

trovisor donde Carlos y Camila seguían parados, un

lado un momento,

u viejo libro de cuentos. Era muy

udillos blancos. Un escalofrío, más helado

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY