as importantes y citas urgentes. Me dejó en el silencio resonante de la cámara de sanación, el aire estéril ahora se sentía aún má
rancesca estaba aquí. Y no solo Francesca. Todo su séquito, al parecer. Su hermana menor, Chloe, una niña no mayor de
sentó en el borde del sofá ornamentado. Sus o
las piernas-. Dijo que eras su "amuleto de la mala
torciendo la narrativa, envenenando incluso la
loe, un suspiro teatral escapando de sus labios-. Dijo que estabas celosa
e Francesca, ahora entregados por una boca inocente. Era horribl
habitación, su rostro grabado con una mezcla familia
o, su voz cargada de desdén-. Que siempre ponías tu propio ego por encima del
a mentira insidiosa, lo había aceptado como verdad. Me culpaba por la
ilusión tan profundamente arraigada, tan meticulosamente construida? Mi silen
ancesca. El hombre que amaba, el hombre con el que me casé, se había ido. Ree
esencia de vida pura. Algo lo suficientemente potente como para romper cualquier bloqueo residu
cia de vida pura" requería un ritual específico y brutal. Significaba más qu
amián, su voz desprovista de emoción-. Una pequeña mu
portable. Un procedimiento médico, realizado en esta c
safiándome a protestar-. Francesca dijo que la esencia pu
ión. Esto no era solo e
Era Clara. Mi hija. Sus ojos, grandes y aterrorizados, se
us pequeñas manos agarrando mi falda-. ¡No last
tia brillando en su rostro. Se a
ando. Mami está ayudando a Francesca. Fra
está enferma! ¡Ayer se estaba riendo! ¡Mami es
lor crudo en su voz, me golpeó más
e sobre Clara. -Clara, ya es suficiente. No lo entiendes. Tu m
que estás haciendo, Elena? Estás confundiendo a nuestra hija. F
ero las palabras de Clara, su súplica desesperada, resonaron má
e abalanzó hacia adelante, golpeando la pierna de Damián
de ira. -¡Elena, controla a tu hija! Le has envenenado la mente con
ia de su propia hija. Mi mirada se desvió hacia Clara, su pequeño cuerpo temblando de sollozos. Estab

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