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Historia
Demasiado tarde para pedir perdón, Señor Multimillonario

Demasiado tarde para pedir perdón, Señor Multimillonario

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1116    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:43

identidad como la heredera de los Lombardi solo para probar si

gital en plena Avenida Masaryk

uyo bajo el titular "El Rey y su nueva Re

dio una bofetada que me volteó la cara y aplastó el

dió. Ni siquiera

rapadora -escupió con de

godínez aburrida. Puedes quedarte como m

Creyó que podía usarme para lavar su

por la que no estaba en una prisión fede

del labio y saqué un

quién le vas a l

los ojos mientras la

ó, papá -susurré-.

l estallaron cuando los helicópteros artill

uenta demasiado tarde de que no s

rarle la guerra

ítu

metido después de siete años escondida en las sombras por él. Pero la gigantesca pa

a junto al suyo bajo el titul

e preciso instante, mi padre incendiaría

ante, ajeno al hecho de que su pasajera est

ente la pantalla que iluminaba el cielo nocturno-. Dante Moretti

mirando l

e Mo

el que había t

ue había maquillad

amado en silencio duran

a mujer que, defini

, eléctricas y audaces: *Una Unión de P

en mi mano. Era un

os de la familia son una locura con la preparación

n itinera

ocupado con negocios. Estaba ocupado

llo

as eran para las mujeres que no tenían la sang

Jefe de Jefes -el hombre que hacía te

camino más fácil. Dale siete años. Si ama a la oficin

a fa

teléfono. Mis dedos no temblaro

*Congela las cuentas fantasma. Cada centavo qu

fue instant

-le dije a

todavía estamos

íll

oretti. El edificio se cernía sobre mí, un monum

asegurado. Era seguridad

as puertas

ármol blanco y detalles dorados.

estab

o

un grupo de chicas que parecían estar audiciona

mi coche. Se reía, con la cabeza echada hacia atr

su voz resonando en las superficies duras-. Una vez que lo hag

s soltaro

Esa Directora de Operaciones... ¿cómo se

ella se va. Dante me lo prometió

relleno en los labios y muy poc

uedo con la ofici

Lola, revisando sus uñas-. Ahora som

el mármol era una advertencia aguda y rítm

gir

nstante. Yo era la "secretaria aburrida" que había v

a lo suficientemente afilada como para cortar vi

a un met

r una deuda -d

del hombro. -Ya la oíste. Lárgate. Es

oví. No

n de empleada. Era la tarjeta maestra de todo el edificio, un símbolo del

Estratégicas -dije-. Y ust

icrosegundo. Luego su rostro se torc

más -

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