-le dije, mi voz firme a pesar de la a
alrededor. Las venas de su cuello se tensaron contra su piel cara, ar
enla! -
vándose en mi bíceps. Otra chica
e -cambiar el peso, bajar el centro de gravedad-. Pero me superaban en número. B
mármol con un golpe seco que m
nla! -or
la piedra fría, inmovilizándome como un esp
pareciendo una deidad v
ltad, su pecho subiendo y bajando-. ¿Crees que puedes entrar aquí
y me abofet
uierda. Mej
a Lombardi. Mi padre les cortaba la lengua a los hombres que me hablaban con el tono equivocado. Y
iseó Lola, su saliva cayendo en mi mejilla-
odía sentir la sangre goteando por
surré, mi voz una navaja f
a atrás y se rio. Fue un
a engrapadora me
ndo su afilado tacón d
es se
el brillo platea
rada, grabada con una simple mariposa
había dejado antes de morir en u
a basura? -s
y tiró de
manos que me sujetaban, debatiéndo
pió con un chasq
o a la luz, balanceándol
ante me compra diamantes
tía demasiado escaso, mis pulmones ardían. Ese relicar
idió Lola-.
caer a
e. Vi el corazón de plata gol
Lola leva
erza, justo en el ce
unc
istal haciéndose añicos fue más fuerte quzón se
girando una y otra vez, asegurándose de q
Creo que rompí tu juguet
sujetaban se sentían distantes. E
o. Se tragó el amor que sentía por Dante. Se tragó mi p
a aplastada
había t
à se hab
a había

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