udad fue ahogado por el ronr
Royce negros se detuvieron en la acera con prec
ó del coch
nda piel, hecho a medida para ocultar sus defectos y acentuar su poder. Su cabello e
iendo infiel. Parecía un conquist
aban, apartando a los pocos p
ue perforó el aire. Me abandonó en
e! ¡Mi
a sus brazos. La hizo girar, riendo. Er
mente, asegurándose de que la
entraba en el vestíbulo, con Lola colgando de su brazo com
golpeada momentos antes, intercambió mirad
ades, señ
s hermo
o la adoración. Levantó
o un bono de cincuenta mil pesos para cada emplea
tridente. Lo amaban. Era
un f
po dolía con cada respiración. Mi labio estaba defin
to de plata. Una bisagra doblada. Un trozo de la foto:
un dedo. Ahora estaba a salvo en los b
ó el ceño. S
con el pelo revuelto, sangran
, tratando de ubica
cimiento lo golpeó
odo color. Su boca se abrió,
ura de Lola como si ella de r
sia? -
personal miraba de un lado a otro entre la
se de
odillas. Me limpié la sangre del labio co
Dante
pánico comenzaba a filtrarse a través de su compos
ije-. Luego v
se est
mí, con las manos levantadas en un gesto apaciguador-. Son so
azo de Dante, sus uñas clavándose en su traje-. ¡Entró aquí
ninguna herida, pero se lame
nuevo a mí. Vio la sangre
mente lo que
Me sopesó a mí -la secretaria útil y aburrida
su de
a y se puso su más
berías haber venido aquí. Estás bor
nr
onrisa de una mujer que acababa de dar
toy? -p
Vete a casa. Hablaremos de
dor ahora. Las paredes de cristal del ves
un enorme helicóptero militar negro descendió justo
aba un escudo. Un león dorado s
o de los
r. Sus rodillas literal
rtando el rugido de los rotores-. N
se abrieron de golpe por
flanqueado por diez soldados que llevab
solo lo
tuvo en el centro de la sala
ró a mí. Vi
a tocó? -
ero llevaba el peso de
r golpear a una Lombard
ayó de

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