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mujer, Kenia. Cada vez, ella montaba un nuevo desastre y él corría a su
niversitaria acosada a punto de saltar de un puente, él me salvó. Se
", dijo Kenia. "Orquestaste el 'accidente
mi mundo. "Ella solo fue un medi
lmar los celos de Kenia, intentó matarme con una alergia a
tí en una científica de élite en una misión espacial. Cuatro años después, esto
ítu
Alina
palabras resonaban en mi cabeza, un susurro helado
do, con el corazón como una piedra en el pecho
había puesto mi vida entera en pausa, estab
a que había desmantelado mi vida sistem
ana, que alguna vez fue una trayectoria brillan
ira meticulosamente elaborada. Era una astrofísica genial, p
voto. Era encantador, millonario, el CEO de una empresa de
ente. "Es solo una vieja amiga con problemas", había dicho, s
e mi pasado de la que
perturbada, propensa a c
cómo una vez estrelló su coche contra un árbo
viciosos sobre él, saboteado
ga, una "amienemiga" que toleraba por u
Quería
o hasta el último detalle. Recuerdo las rosas blancas, el
punto de caminar hacia el
fo
rotando carmesí contra su piel pálida, una n
a ambulancia son
llí plantada. Corrió a su lado, dejándome
a se c
on los ojos llorosos
de culpa y preocupación fabricada. "Te lo prometo, esta es l
Siempre
e íntima, fue interrumpido por una amenaza de bomba en
nuevo, me
as incómodas de los pocos invitados quemándome la piel. L
trón se
y ocho
más elaborado orquestado por Kenia, sie
mordimiento, prometiéndome un futuro donde Kenia ya no fuera
me aferré a esas
, esa fars
de una dulzura venenosa, desde
staste el 'accidente' de su padre para conseguirme ese trasp
e golpearon co
u muerte "a
a. Mis piernas flaquearon. El mundo se tambaleó sobre su eje. Arturo, el
e nunca le había oído usar conmigo. "Sí, Kenia. S
nes. Mi cuerpo entero se e
maba, mi héroe,
, luego la imagen del rostro de Arturo, to
s. Me di la vuelta, mis movimientos rígidos, robóticos. No
n, y marqué el único número que importaba ahora.
oto. "Necesito salir. La misión
mesurada, ahora era grave. "¿
taré. Solo dime, ¿todavía es posible? ¿La misión de cin
rías fuera del mapa. Sin contacto. Por cinco años
ndose con una nueva y aterrado
fría. Mi vida, mi brillante carrera, mi amor, todo sacrificado, todo por una mentira. Yo, la Dra. A
las artificiales que había montado en su observatorio privado. Se había
n una fiesta. "La antigua llama de Arturo", bromearon, "es todo un caso. Le
eron los i
trando fotos vergonzosas de él a la prensa. Arturo siempre se había ap
u brazo apretado a mi alrededor. "No te preocupes, y
sensación de seguridad. Arturo me lo prometió. "Nadie
en una de las reuniones de la junta directiva de Arturo, lanzándose sobre él, marcá
iseó más tarde, sus ojos brillando
obsesión. El control. La profunda
ndida en la fantasía que
da, o eso creía,

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