é recién hecho se impregnaba en el aire. A pesar de los días pasados en ese mismo lugar, aún le costaba acostumbrarse a la quietud de la vida que había elegido, o que le había sid
algo no estaba bien. Se sentó en la cama, tomando aire y dejando que la sensación de incomodidad desapareciera. La última vez que había sentido algo simil
s desde el comienzo del matrimonio, algo que había atribuido a la ansiedad y las nuevas rutinas. Sin embargo, hoy s
us manos confirmaba lo que había com
fuerza, dejándola sin aliento. Un bebé. La idea de que dentro de ella crecía una nueva vida era a la vez aterradora y abrumadora. Pero más allá de la sorpresa, había una sensación de
hacerle frente a esta noticia, especialmente con la frialdad con la que Alejandro se había comportado desde
había llegado a casa. Mariana se levantó de la cama, sintiendo el peso de la notic
bía quitado la chaqueta de su traje y caminaba hacia su oficina, sin darse cuenta de su presencia en la casa. En esos momentos, Marian
finalmente, con la
a vez en horas. Su expresión no mostró sor
eguntó él, con l
odo su coraje. El momento había l
-dijo, con el corazón acelerado, casi como s
el sofá que estaba cerca de la ventana. Por primera vez, parecía di
cia que traía no era algo que pudiera tomar a la ligera, per
arazada -dijo finalmente
de su rostro a sus manos, y luego al vacío, como si estuviera procesando las palabras que acababa de escuchar. Para Mariana, cada segundo de ese s
salió de su boca al fin, s
El miedo y la duda comenzaban a hacer
a, Alejandro. Va
observaba con los ojos entrecerrados, como si estuviera evaluando la situación con frialdad, como si est
mirada fija en ella, pero sin emoción alguna. No había n
l golpe que sentía en su pecho
ia todo. Estoy esperando a nuestro hijo, y necesito
si sus palabras no tuvieran suficiente peso para retenerlo. Mariana lo observaba, su corazón latía con más fuerza mientra
lejandro fue diferente
entrarme. -Su tono era firme, casi cortante, como si estuviera h
a? El trabajo, las reuniones, los negocios... mientras ella le había dado una no
rándose-, ¿esto no te importa? ¿No
go que podría haber sido molestia o impa
importa ahora es cómo vamos a manejar esto. Esto no cambia nuestros compromisos, ni nuestros planes. Yo me encargaré de todo lo
ara él, todo se reducía a las apariencias y a lo que era conveniente. No había espacio para la emoción, para el amor, ni para el vínculo q
odía soportarlo. ¿Era esto lo que la vida le deparaba? Un matrimonio sin amor, una familia construida sobre acuerdos fr
ejando a Mariana sola con sus pensamientos y con el peso de una noticia que
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