Instalar App
Historia
El pasado jamás contado de la esposa perfecta

El pasado jamás contado de la esposa perfecta

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1652    |    Actualizado en: 04/11/2025

y amnésica del magnate tecnológico que me

asonido; era un clip de noticias que mostraba que mi verdadero prometi

o el viñedo que él construyó para ella, eligió

rteros que ella había llamado, me r

ltimamente -anunció, sus palab

a las cámaras, tracé un símbolo secreto sobre mi

o, convirtiendo mi humillaci

é-. Es hora de

ítu

Monte

clip de noticias de hace cinco años que mostraba los restos humeantes de un helicóptero, lo que finalmente rompió la presa en

una mezcla nauseabunda

a se me ocurrió cuestionarla. Iván Macías, el magnate tecnológico que me "rescató" del accidente, el hombre

s exactamente a mi gusto. Un mundo de amor posesivo, casi patológico. Él elegía mi ropa, mi comida, mis amigos.

y abrasador, había comenzado a desviarse. Estaba aburrido. Aburrido de su esposa per

scudo. La había visto por la oficina, sus ojos siempre fijos en Iván, con un hambre que reconocí porque yo también, alguna

culo. La paseaba por todas partes, la apadrinaba, le construyó un m

e deliberado y malicioso de Candel

n bucle silencioso. Una reportera con el rostro azotado por el viento, el metal retorcido del helicóptero detrás de ella. "...trágica pérdida de la reconocida curadora de arte Elia Montes, presun

le

na habitación en mi mente que había

en el helicóptero, riendo, con copas de champán en las manos. Me estaba contando sobre la casa que estaba diseñando para nosotros,

ga, Elia -había susurrado, su pulga

e su eje. Los brazos de Caleb envolviéndome, su cuerpo como un escudo. Lo último

del teléfono

do, demacrado, mis ojos vacíos. La mujer

er se h

talizarse en mis venas, nítida y clara. Iván no me había rescatado. Me había robado. Había visto

a imitación barata desesperada por tomar mi lugar. Ell

casi me

. La mujer que podía desmantelar a un oponente con una sola frase bien colocada. La mujer que entrenaba Krav Maga d

de nuevo. Un nuevo

Iván ya va para allá. Intenta no hac

mis labios. Oh, habría una escena.

a la pinta del rey de la tecnología de Monterrey: imposiblemente guapo, con una gracia depredadora en

¿qué pasa? ¿No

rente. No me inmuté. Dejé que me tocara, su p

-dije, con v

mar tormentoso, escanearon la habitac

álida. ¿

os videos -dije con cal

tes de ser reemplazado por una máscara de cansada resignación.

yo... es solo una aventura. No significa nada.

había preparado. El

olo lo miré, m

io lo pus

Chilla. Lanza algo. Per

te me pu

-pregunté, mi voz de

ó por sorpresa. Su

S

o -afirmé. No e

No tiene por qué cambi

oral ridículamente caro. Lo habían entregado esta mañana, con una tarje

ije, volviéndome para mirarlo-. Y un

mente construido que había creado a mi alrededor comenzó a

ando? -preguntó, su

ietantemente agradable-. Del que me "rescataste". El que

a flotara en el ai

eb F

de furia blanca. Dio un paso hacia

emoria está revuelta. Ese ac

e estoy diciendo -susurré

trolarme. Para atraerme a sus brazos y susurrar más men

jarrón firme en mi mano. Trop

s a darme la

a con la desesperación de un

a vez, pero no tenía calidez. E

-dije suavemente, mis ojos fijos e

hacia él, sino hacia el cuadro multimillonario de Rufino Tamay

l agua contra el lienzo fue el sonido más

ira. Miró del cuadro arruinado a mí, y por primera vez en ci

onst

friante, que estaba a punto de

-

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY