img El adiós número noventa y nueve  /  Capítulo 3 | 13.04%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1081    |    Actualizado en: 28/10/2025

ana

ndo mi sien, entré a la fiesta de graduación de Tyler. Mis amigas prácticamente me habían sacado a rastras d

lina estaban en el centro de un grupo que reía, con el brazo de él envuelto po

todavía albergaban esperanzas p

ndo entre mí y la feliz pareja al otro lado de la habitación-. T

cansada sonrisa. -Sí

idas, reales. No como las tem

s son Javi-y-Eliana -dijo Mariana, como si fuera una ley in

rque dijiste que te gustaba el olor? -recordó Sofía, con una mirada tr

porrista de último año porque dijo que estaba 'guar

ser, el chico que me había amado tan ferozmente. El pasado era un recuerdo hermos

ia. -Asentí sutilmente con la cabeza hacia el otro lado de la habitació

o, una expresión complicada en su rostro. Cuando escuchó mi tranquila declaración, su man

ina, su mano deslizándose más abajo en su espalda, y le susurró a

berada y cruel diseñada para provocar

rota. No quedaba

ida en mi rostro, y comencé a hablar sobre los planes de ve

su rostro. Esto no era parte del guion. Se suponía que yo debía estar persiguiéndolo, rogándole, r

retó su agarre en su brazo, haciendo un puchero. Él dud

ella giró, y el aire de la noche se espesó con un nuevo tipo

ojos ya encontrando

s de Catalina, sonrió con malicia. -Te reto a que le de

ojos en el círculo se giraron hacia Javi. Él era

ctamente, sus ojos brillando con malicia. -Elian

ndo falsa simpatía. -Es su ex, C

os ojos de todos sobre mí, esperando mi reacción. Miré a Javi. Su mirada era intensa, quemándo

rlo con otra chica. Pensó que una palabra de protesta de mi parte sería suficiente para reafirmar su

ía indiferencia. -¿Por qué me importaría? -dije, mi

de furia cruda y sin filtrar. Su rostro se puso rígido, su mandíbula tan apretada que podía ver el músculo sa

voz peligrosamente suave. Agarró la cara de Catalina con una rudeza qu

público de posesión e ira. La estaba besando a ella, pero estaba tratando d

de todos, sentí su lástima, su curiosidad morbosa. Era como ver un

ó, Catalina estaba sin ali

ó con una sonrisa maliciosa: -¿Y bien, Jav

. Estaban oscuros, llenos de

e alta para que todos la oyeran-. Catalina b

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