a Garz
ndo. La sorpresa parpadeó en sus ojos antes de que la enmascarara con una sonri
piedades exclusivas en nuestra cartera. ¿Tiene alguna región
Un lugar donde a nadie se le ocurriría b
a desesperación hueca en mis ojos. Vi un destello de lástima, pero era demasiado profesional para indaga
embargado a un cliente bastante... excéntrico. Tiene una villa autosuficiente, energía solar, un sistema de desalinización de agua. Pero debo ser claro, está completament
rré. La palabra
co
fono satelital para la transferencia de fondos del fideicomiso de mi abuela. Firmé los papeles con una mano que apenas temblaba, el trazo de la pluma un acto final y
Arriaga, deslizando un último documento hacia mí-. Y el transporte estará listo para p
mi voz un fantas
as de la mansión De la Vega, la extensa villa que Alejandro
amente envuelta en una ola de calidez y risas.
to familiar perfecto del
e a la cintura, sacando una bandeja de papas asadas del horno.
o centinelas leales. Diego estaba cortando cuidadosamente una manzana en rodajas finas para ella. Bruno le servía un vaso de agua, asegurá
o! -rió Helena, dándole un golpecito juguetón
, su voz más suave e indulgente d
lena, apartando una pequeña taza de pasti
acando un pequeño frasco de miel-
mente coreografiada, y yo era la e
imero en verme. Su
¿Dónde h
ahora se sentía como una mentir
eña sonrisa triunfante que jugaba en sus labios. Ella lo
tono cambiando a uno de suave reprimenda-. Su tiempo es c
as palabras e
¿Para que puedas sentirte mejor por abandonar a la mujer que estuvo a tu lado durant
e crispó en
no es
. Dio un paso adelante, un escudo protector para Helena-
n el ceño fruncido por la desaprobac
su voz fría como el hielo-. Helena
amiliar. No sentí nada. La parte de mí que podía
sintiéndose como una rendición. P
bían ganado. La problemática pieza de repu
de nuevo-. Ahora, sube y pasa un rato con
itación para Helena, una habitación que solía ser
izó del taburete y se acercó a mí. La paciente frágil y moribunda hab
aja de regalo bellamente envuelta y atada con una cinta de seda-. Un regal
paso
lo q
e laxantes antes de mi graduación. Una hermosa bufan
ló, acortando la distancia entre n
arre sorprendentemente f
me ayudarte
to de muñeca, a
do de la caja. Aterrizó en el dorso de mi mano. Un dolor
garganta. Era una araña v
tando de sacudirme a la criatura. La caja salió
sus ojos se pusieran en blanco, se desplom
atando de

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