hasta los huesos. Fue la mirada en los ojos de mi prometido cuando me dijo que le ha
omo si yo fuera la irracional-. Tú e
e empujó a un hoyo que cavó deprisa en
ente manta inteligente. Sonrió mientras usaba mi propio piolet par
on la voz llena de desprecio, mientras yo
an quitado todo. Creí
ia secreto que había cosido en mi manga.
ítu
frío abrasador que calaba hasta los huesos y que había empezado a robarme la vida de las extremidades. Fue la mirada en los ojos de mi pro
estra pequeña casa de campaña, amenazando con arrancarla de sus anclajes. Adentro, el aire era apenas un poco más cálido qu
agudo contra el rugido de la tormenta-. Necesito
que estábamos probando en campo. Conocía los números. Conocía el punto preciso en el que
os de madera congelados. El espacio donde debería haber estado mi prototipo de "manta
or basándose en la retroalimentación biométrica, podía mantener a un ser humano en condic
no es
r de este mismo proyecto. Su rostro atractivo, usualmen
ugueteando con las correas de otr
qué h
. El prototipo. No
, ¿fastidio?- cruzó su rostr
Se la di
tido. Era como si estuvier
hicist
fuera la irracional-. Estaba llorando, Ale. De verdad la estaba
a expedición de alto riesgo. La misma becaria que se había pasado todo el viaje coqueteándole a Bra
es "un poco de frío". Es una ventisca de categoría cuatro a 5,200 metros. Mi equipo está diseñado para estas condiciones con el ele
que el frío. Siempre me llamaba dramática cuando decía verdades que no le gustaban-. Siem
ámica! Moriré sin ella, Braulio. ¿Ent
zo tambalear hacia atrás contra la pared de nyl
-. Tenemos que funcionar como un equipo. Siempre estás hablando del equipo,
la vida! -mi voz se quebró con una desesper
smo-. Dora siempre dijo que eras una egoísta. Que siempre
e era un proveedor clave, y a menudo problemático, para CimaTech. Nunca le caí bi
ranza de que todo esto fuera un terrible malentendido, se desvanecieron. Esto no fue una decisión impulsiva. Era una
iza en mi boca. Era una declaración patética y débil frente a
lital con carcasa rígida que llevaba en el cinturón. Mis dedos estaban casi inútiles, pe
la mano de Braulio se cerró sobre
s crees que e
n el brazo. Era más fuerte que yo, más grande. En
raulio. Antes de morir congel
or una furia fea y llena de pánico-. ¡Activar un transmisor aborta toda la misión! ¿Sabes cuánto le costar
el teléfono
como un arma-. Lo romperé. Te juro por Dios, Ale, lo
servas de energía. Mis extremidades se sentían pesadas, despren
tienda se abrió. Una ráfaga de viento
Una suave luz azul pulsaba desde el panel de control integrado en su pecho
empalagosamente dulce. Se asomó por encima de su hombro y me vio
a bolsa de calor- que sostenía en su mano enguantada. Era un gel patentado, otro de mis di
ia que era mucho más escalofriante que la tormenta-. Estaba muy preocupa
e rabia al rojo vivo. Fue un destello breve e inútil contra el frío
pasó un brazo protector por el hombro-. Solo está siendo un poco dramática. Es solo una
a que había buscado desesperadamente. Vio que mis bolsas de calor de respaldo está
voz goteando condescendencia-. Estarás bien una
La comprensión no fue un pensamiento, fue una certeza
? -tartamudeé, las pa
equipo -dijo con desdén-. Eres una experta. Cava una cueva de
su voz teñida de
amos hacer, Ale? T
fuerza, me abalancé hacia la manta, ha
fuerza. No fue un codazo, sino un
un ruido sordo y repugnante. Estrellas explotaron detrás
ctuación. Pude oír el jadeo teatral, la
ro contorsionado por la rabia-. ¡Es una becaria! ¡Tú eres la
de mí. La rabia, la traición, el frío glacial, todo se e
a voz de Braulio, distante y ahogada, com
tan harto de estos
l rostro de Kenia, sus lágrimas falsas captando la luz azul de
lado de mi oído. Era el sonido de un piolet perforando el GORE-T
ca! -chilló Kenia-. ¡Está
e escuché antes de que e
-