ista de El
ía creer las palabras que acababa de decir, no podía reconciliar al Héctor Herrera despia
l sonrojo se extendió por
mó mi rostro entre sus manos y besó la piel sensible del lóbulo
su voz una vibración
, pude ver a Carlos y Brenda caminando de regreso h
y me arrastré de vuelta a mi lado del coche, subiendo
sensación era un recordatorio físico y constante de
labios eran un desastre: hinchados, rojos, mi labial corrid
abios", articulé en silencio, mi voz un susu
esión de nuevo indescifrable. Simplemente
la sorpresa. Incluso en la penumbra, el prominente bul
emociones", siseé, mis mejillas ardiendo a
a mientras se ajustaba los lentes. En un instante, el hombre apasionado de
ó una emoción secreta. Había algo embriagador en ser
do el desafío de conqu
maletín una bolsa de papas picositas. "Ten", dijo, arro
uñé, mi estómago realmente
irmó rotundamente, como
era tomar una sola papa, me la arrebató de las manos y la de
ó dentro, sus ojos inmediatamente fijos en mi rostr
s de sentir. "Ah, estas papas que me dio Héct
licioso en sus ojos. "Parece más bien
sus ojos entrecerrándose mientras me miraba por
presión se suavizó, la sospecha reemplazada por un
enda, su voz subiendo de ton
y fría como el hielo. Miró directamente a Brenda. "Yo le d
omo si la hubieran
no no dejando lugar a discusión
completamente humillada, con lágrimas asomando a sus
opia expresión una mezcla de miedo y defer
Su familia tenía un estatus superior, un poder que hacía que su prop