que podía soportar. Se me movió la mano sola, y se escuchó
de mí que me dejó paralizada. Me di la vuelta lentamente y me encontré con la mirada fría y furios
os de cumpleaños, pero tenía la mente nublada por el miedo, ya que esperaba la venganza silenc
quedó en silencio, mientras mil invitados contenían la respiración. "Tiene que ser Damien Paul", susurró alguien cerca. "Es el
me miró con un amor tan profundo e inquebrantable que me dejó sin aliento. Levantó la mano y me hizo una seña, que er
; en efecto, era yo. Sostenía una de las camisetas de Damien, apretándola contra mi cara, con los ojos cerrados en un estado de patética felicidad amorosa. El video conti
re la multitud, notando que estaba allí de pie, con el rostro frío e inexpresivo. Se m
. "¡Que alguien apague esa maldita cosa!". Pero el video s
ubir al escenario, agarró un pesado soporte
itó mi padre, con la voz tembloro
el enamoramiento de una joven. Está claro de quién está enamor
bía que había elegido a Hunter. Entonce
ndo un ancla sólida e inquebrantable en medio de mi pesadilla. Luego se volteó hacia los atónitos invitados, diciendo con
de los demás hermanos Barron estaban amoratados. Me miraban a mí, a Hunter, con una