a De la Torre. Mis tres hermanos perfectos me colmaban de afe
cendiaron la mansión, se quedaron en
las llamas,
. Fingir que la queríamos todo
mí fue Damián De la Torre, el tío frío
se derrumbaba, susurrando: "
do sobre su afecto, una me
vuelta en el despacho del abogad
el testamento dice que debo casarme con
abogado me preguntó
Damián De
ítu
eres, ves tu vida p
, fue e
a vieja mansión crujiendo mientra
s adoptivos, Santiago, Bruno y Ad
ntaban
erando a qu
taba sentada en la estéril y silenciosa ofic
licenciado Morales, con voz suave-.
documento sobre el gran escrit
todos sus activos, valorados en mile
a. Ya sabía
familia De la Torre -continuó, con los ojos l
No tenía idea de que era un fantasma, un espíritu vengati
nto especifica a uno de sus tres h
roma familiar que ninguno de ellos se pareciera en nada a nuestro
an mientras plane
do -dije, co
s esbozó una pequeña
Santiago De la Torre han sido inseparables desde la infancia
ba ese
lces. Recordaba haber dicho "sí, acepto" en
otra mujer, la mano de Ximena, mientras le de
onó cortante y fría en
l licenciado
¿
con Santiago
ó, sorp
s un joven muy estable. ¿O Adrián? Si
ba guiar a la pobre huérfan
Bruno De la Torre ni
ió en una confusión genuina. Se inc
a uno de ellos, toda la fortuna De la Torre será liquidada y dona
nos -dije, interrum
rectamente
ado mi
ma suspendida sobr
l primer movimiento en una guerra que ell
Damián De
ito sobre el escritorio. Sus ojos se abrieron de par e
como si decir el nombre fuera un
e adoptivo. Lo sé -terminé por él-
e miró fijamente, viéndome de verdad por primera vez, n
, con la mirada inquebran
o lentamente sus papele
os documentos para
pie, list
en la puerta-. Esta conversación queda
todavía
sup
on la mano en el
n De la Torre fue el único que se opuso a su adop
n el reposabrazos de la
apenas toleraba mi presencia en la familia. El empresa
sabía la
er que ya ha vivid
hija adoptiva de la familia De la Torre, col
. Santiago era mi p
era una
ombre frío y silencioso que nunca me s
, fue el único que corr
ededor, su cuerpo protegiendo el mío
ía dicho con voz ahogada, ronc
primeras lágrimas reales que ha
esa promesa. El
to, me abrazó con fuerza, susurran
onmigo.
o dejaría que l
ida, todo
e mí parpadeó, y oí un leve crujido proveniente del techo. La ama de llaves había mencionado algo sobre que el cableado era
calidez. Se puso de pie, su hermoso rostro con una expresió
-preguntó Bruno,
ó con su sonrisa
i. Pase lo que pase,
ras.
rminos -dije, mi v
decidido? Está bien si necesitas más tiempo,
e la infancia, la chica que lo había adorado d
e la últ
os expectantes-. Lo sabrán todos en u
escaleras, dejándolos con
se
a reducir su m