La turba anónima de internet se volvió contra mí con saña. Ya no era solo una plagiaria; era un
. Pasé de largo a su secretaria, con los oj
on la voz temblorosa-. Mi m
lo
spiró. No tenía la intenció
¡El Conservatorio, mi carrera... todo se habrá id
ijo, su tono despectivo-. Yo cuidar
ra sofocante. Miró s
te fatal por esto. Déjalo
mi pasión, mi única pieza de ide
, sentí un destello de odio puro e inalterado. No era el
a empacar. Mi vuelo estaba reservado para el día
a esa noche sin llamar, su
está?
stre
Qu
que admita públicamente que no te plagió, o la matarán! -Me agarró por los hombros,
oz t
crees que y
más po
ero ni el poder para secu
s ojos llenos de so
á, Alina. No tenemos
que yo era capaz de esto. Creía las mentiras o
fono sonaba una y otra ve
que tropecé y golpeé la pared-. Te importa más
strozando el brazo. Mi carrera no había importado cuando ella robó m
ó, escuchó por un momento,
ncont
rriendo mi rostro con u
ina. Ya ni siquie
ta y se fue, s
ré su espalda mientras se alejaba, una risa amarg
é, tosiendo una bocanada de sangre. El estrés, el dolo
an ciego? ¿Cuánto tenía que am