para encontrar su habitación vacía, sus pertenencias desaparecidas. Sentí una piz
d
rostro una máscara atronadora de rabia. Su pierna estaba enyesada y se apoy
agarrando mi muñeca co
ojos enrojecidos y salvaj
, desco
estás h
saliva golpeando mi cara-. ¡Cándida y Jorgito! ¡Se
rante. Respondió, su voz tensa de ansieda
eados brutalment
e volvió hacia mí, sus ojos
dos. Están en el hospital. Y
e juro
e apretó hasta que pensé que los huesos se romperían-. Dijeron que les dijis
ba explicar. Estaba convenc
nó de nuevo. E
os se desviaron hacia mí. Una extraña y calculadora mirad
ó, su expresió
de sangre raro. El mismo que el tuyo.
-sus
sus dedos clavándose en mi brazo como garras. Me arro
fluyendo a través de un tubo para salvar a la mujer que había intentado quitarme la vida.
ba débil, mareada. M
a de cualquier calidez-, vas a ir a
. Me quedé sola en el pasillo, tambaleándome. Sabía que debía
n aire de suficiencia. Jorgito estaba a su lad
nas un susurro-. ¿Por qué estás
ó, un sonido
. Lo tienes todo y eres tan débil. Ni si
elante, sus ojos br
cualquier cosa por
esto para qu
amadas, mis movimientos. Está obsesionado. Pero me escap
ita de noche y me la arrojó. Me go
res una mujer mala! ¡
flores. Lo levantó sobre su cabeza, su rostro to
-gritó, y
para proteger mi cara. Tropecé, empujándo
lo que ne
arrojó hacia atrás al suelo, s
! ¡Me romp
n la habitación, su ros
lastimó! -se lamentó
o inmediatame
ómo pudiste? ¡Después de
ro las palabras no salían. Est
y temblando de rabia-. Lastimaste a un ni
. Vi venir el golpe, pero estaba demasiado
s entró corriendo, convocados por el alboroto. Me aparta
o, el sonido de sus acusaci
iliano! ¡Tienes que hac
, su voz como el hielo-.
casa había terminado. Mi vida co
ro y tranquilo, mi cuerpo temblando con un frío q
ladrillos, tratando de recuperar
scuridad sofocante. Manos ásperas me agarraron, y un dolor abrasador
sonido fue ahog
cable y brutal de dolor. Mis costillas se rom
é, mi voz un susur
respondió des
que necesita
efe.
do se desvaneció en negro. Lo último que escuch
De la Torre. No v