no sin vida-. Por completo. Quiero que el mundo, y espe
la línea. La voz de Héctor, c
, ¿qué
e-. Todo fue
lo que Max significaba para mí. Ta
-dijo, sin juicio en
palabras sabiendo a veneno-. Lo
ijo-. Yo me encargo d
é -admití-. Solo
encontrará. Te enviaré los detalles. Solo llega al aeródromo pr
ias,
pre,
al. La vida que conocía había terminado. El hombre que amaba era un mon
. Se había casado con otra mujer mi
añado. Merecía
ería de su mundo tan completamente qu
en mi puerta
stra ama de llaves-. El señor De la T
mis facciones en una máscar
cruzó su rostro antes de ser reemplazado por su habitual y encantado
brazos. Intentó besarme, pero giré la cabeza ligeramente y sus labios
ácido en mi piel. Podía oler el
hacer -dije, mi voz cuidadosament
jer y el niño que estaban de
unté, mi voz plana,
ro de alivio escapó de sus labios. Pensó que
e falso entusiasmo-. Elena, ¿recuerdas que hablamos de quer
ó al
nsé... pensé que podríamos adopta
su esposa secreta habían causado, como una herramienta
a cuidadora del orfanato que se ha encariñado mucho con Jorgito. L
en la cabez
aluda a tu
loque de hielo. Nueva mami. La
inocentes. Pero había algo frío en ellos, alg
ijo, su voz pequ
diante, un pa
aravillos
mente el papel de una humilde niñera. Pero pude ver la leve sonrisa burlon
a. Miré a Max, mi mirada firme-. Estoy un
io algo en mis ojos, una fria
ntó, con el ceño fruncido por la
di la vuelta y caminé hacia nuestr
z goteando con la falsa ternura que ahora me revolvía el estóm
yé en ella, la fachada de calma desmoronándose. Estaba temblando
a sopa a mi habitación, em
tu mami -arrulló Max, dándo
cuidado. La puso en la mesita d
udaré,
io. Era solo un niño, un peón en el juego enfermo de
lrededor de la cerámica tibia,
sobre mi mano y muñeca. Grité, retirando la mano.
par en par. Dejó escapar un gemid
con lágrimas corriendo por su rostro