miliar lo dejara marginado y destrozado, tuve dos trabajos para mandarlo a una uni
tecnológico que siempre supe que podía ser, se enamoró
. Él también empezó a olvidarme. Olvidó mi cumpleaños. Olvidó mi comida favorita. Durante una alarma de incendio
mis propios sueños para que él pudiera tener los suyos. Pensé que m
almente me rendí. Compré un boleto de autobús d
o de Carla: su confesión
nsaje diciéndole que habíamos termin
ítu
voz de Maya sonaba con incredu
de la ventana de mi departamento. La lluvia se deslizaba por el vidrio
uelvo
z años? ¿Vas a renunciar a t
aire. Sabía lo que realmente estaba
voz plana. Tracé una gota de lluvia con el
finalmente hizo la pregunta
e había estado cargando durante una década. No respondí de inmediato. El
z apenas un susu
ó con un mensaje. Era de un número que
un boleto de autobús. Mi bole
"Ya no serás un lastre pa
lla. Car
e, mi pulgar firme a pesar
o
onversación y bl
n mi mente. Un nombre que una
urso de programación que había ganado. Era brillante, el chico de oro de nuestra universidad pública, l
l auditorio. Me sentía simple, invisible. Tenía dos trabajos para pagar mi colegiatura y ap
u mundo se
, el chico de oro era el hijo de un criminal. Los susurros lo seguían a todas partes. Viejos secre
ó ahora lo señalaba y se burl
seguirlo. Lo encontré en la azotea del edificio más alto del campus, de pie en el borde.
a sa
n su chamarra. Tiré con todas mis fuerzas, mi propio miedo me hizo fuer
con los o
ué me d
e fuera se sentía como un desgarro en el tejido del mundo. Así que so
sin hablar, solo dos personas r
ergüenza. Le encontré un departamento pequeño y barato lejos del
a mi prop
el cuerpo adolorido. Ahorré cada centavo para enviarlo de vuelta a la escuela, no a nuestra universidad pública, s
los ojos llenos de una me
¿por qué
a café rancio y desinfectan
n. El mundo necesita verlo.
nces, con ex
Lo juro. Un día
na importante firma de tecnología. Se convirtió en el Damián Rojas
tipo que yo solía limpiar. Las luces de la ciudad que una v
abía terminado. Pensé que fi
vocada. Lo peor
para buscar una receta una noche cuando apar
gura y ojos que brillaban con inteligencia. Era hermosa, so
sobre el trabajo, discusiones sobre algoritmos complejos
casi despectivas. "Ocupado".
ño y tonto des
cto preocupado. Caminaba de un lado a otro
te a mí-. ¿Cómo... cómo le haces
omo un puñetazo. El air
ica? -pregunté,
ada. Inteligente. De
rl
u apoyo, su roca. Había cocinado para él, limpiado para él, lo había ab
a agradecido. Se sentía e
la práctica. Pensé que mis acciones hablaban por sí mismas.
mo una deuda a pagar, no c
donde todavía trabajaba a tiempo parcial. Se sentó frente
ente juvenil sellado de Damián. Lo único que a
ar esto -dijo con calma-. Damián está a punto d
re se m
lada-. Mi padre está en la junta directiva. Puedo ha
us ojos encontrán
Viven en dos mundos diferentes. Se siente obligado contigo, y
cuidadosamente apuntado, y
ré mis manos ásperas, mi ropa sencilla. Pensé en las conversaciones que é
o podía protegerl
odía hacer. Era el último sacr
la esperanza de que algún día me viera. L
os. Jadeé, agarrándome el abdomen. Era mi viejo problem
emblaban demasiado. El frasco se resbaló, esparc
puerta principal se abr
rodeada de pastillas
ca! ¿Q
a de la larga práctica. Sabía exactamente dónde estaba la bolsa
iente en mis mano
surré, con l
na preocupación familiar y distante. Estaba preocupado, per
durante horas, susurrando disculpas, culpándose por el estrés que lo causaba.
e pelo de mi cara, un gesto que una vez h
cí y apart
con la mano suspe
lan
s ojos era genuina
empecé a decirlo
no sonó, rompi
de llamadas. Carla. Su
todavía en mí, pero su
. Okay, okay, voy para
antó, ya agarr
problemas. Te
antes de que pudie
silencioso departamento. Era el son
pedirme. Él ya
en comparación con el de mi corazón. Caminé hacia el refrigerador. D
mi cum
dado. Siempre
y pedía un deseo en silencio. Durante
felicidad
lama danzar. En su luz parpadeante, lo vi de
rellas no pertenecen al suelo. Están destinadas