aún ol
rientos del estante. Un rastro de la colonia que Benjamin usaba, mezclado con el perfume dulce de la vela de vainilla, a
s a
primaveras, inconta
conviviendo c
rir el armario para que t
erta dejaba al descubierto no solo los abrigos colgados, sino también el espacio
l, Evelyn evita
las familiares, el riesgo de revivir el último beso en l
ue tenía que "
se hace eso con alguien
a gr
pió la
dió la
se
rib
jamin de alguna manera. Como si el dolor, transformado en letra, la protegiera de la locura silenci
había llegad
uir ad
ir el
ar de
piró hondo
ana gris que él usaba para trabajar. La camisa azul marino del primer encuentro. La chaqueta de cuero que él a
enda, ella cr
un sonido seco int
del estant
ustada. Se aga
gro. De tapa du
ar entre la ropa - u
a textura áspera del cuero envejecido.
on las piernas cruzadas
abr
página esta
la caligrafía de Benjamin. Esa misma que el
, es porque no tuve el
do se
anta se
ina, y otra
lenas de palabras de despedida, de r
no eran
perior de la primera car
uc
go se le
on fuerza, como si
as
amigo de
ó después del entierro
unca respondió
lógica - aún habitaba sus s
brazada al cuaderno como si aquello fuera una bomba a punt
itaba deci
ué no
qué a
ropellaban, pero no
e tenía era que nec
taba e
era demasi
izás
nas aún pudieran