vantar pesados bultos de heno y acarrear cubetas de agua. Mis brazos, ya débiles, protestaban con cada mo
n un magnífico caballo negro. Me miró desd
enta bien, querida", dijo con sar
e en el ritmo del trabajo para no pensar en el dolor de mi
que te estás volviendo muy insolente. Quiz
o de agua helada. El impacto me dejó sin aire, el agua fría se metió en mi ropa, en mi nariz, en mi boca
as. "Oh, qué torpe eres. D
onía. La ropa mojada se pegaba a mi piel, y el viento de la tarde se sentía como cuchillos.
temblando bajo las sábanas. La fiebre no tardó en llegar. Mi cabeza ardía, pero mi cuerpo estaba helado.
a de madera en el fondo de un armario. La abrí. Dentro, había un caballito de madera, toscamente
conocí a un niño solitario llamado Damián. Jugamos juntos todo el verano. Él me regaló ese caballito. Yo le regalé un di
struo, era el mismo niño que me habí
, lo esperé en el pasillo, con l
?", preguntó
caja. "¿Rec
e resquebrajó. Vi un destello de sorpresa, de dolor, de algo que no pude ide
o como llegó. Su rostro se endureció
, espetó. "Deja de inventar historias p
Y entonces, la voz en mi cabeza regresó, más fuerte y clara que nunc
u padre destruyó al mío. Después de que me lo arrebataste to
no era solo por el dinero o el negocio. Era el dolor de un niño que perdió a su padre y a
mpida por la llegada de I
ignorándome. "Martha tiene algo
afiros de la señorita Isabella ha desaparecido. La última vez que se vio
ampa. Miré a Isabella, que
os de una furia renovada. "Así que además de u
a", susurré, mi
u cuarto!", o
chón. La humillación fue total y pública. Damián me
u voz resonando en el silencio. "