latos rotos limpiados, pero las grietas en la familia Vargas eran más profundas que nunca. Sofía, con el brazo todavía vendado,
Isabella, dándole consej
tras preparaban el café. "Está muy herido. Dale espacio, pero demu
scara de víctima perfectamente colocada.
lla. Si ella entraba en una habitación, él salía. Compartían una casa, pero vivían en mundos separados.
su atención. Era un pequeño recibo de una joyería de lujo. La fecha era de hacía solo dos días. Sofía frunció el
papel, encontró lo que buscaba: la caja de terciopelo vacía que correspondía al recibo. Y pegado en el fon
rco A
solo seguía viendo a su amante, sino que además aceptaba sus regalos
ecibo en el bolsillo de su delantal y siguió con sus tareas como si nada. Su rostro era una máscara impasible,
có a su madre. Se le veía agotado, pero ha
ndo... necesito hacer algo con mi vida, empezar de nuevo. Hay una oportunidad de negocio
scuchó con
ito un préstamo. ¿Podrías... podrías ayuda
or su hijo. Vio su vulnerabilidad, su des
í, hijo. Ver
ado escuchando desde el pasillo, entró en la sala,
s mi madre, está muy enferma! Los médicos dicen que necesita una operación
nte a Sofía, aga
eran, podría morir. Y si algo así sale en las noticias... la gente hablará. Dirán que la
o de pie, incr
osa! ¡Seguro que es otra de tus tra
¡No es mentira, Ricardo! ¡Te lo
nigma. Puso una mano sobre el hombro de Isabella, ay
a vida de una persona es más important
ndo se le vino abajo por segunda vez. La traición de s
spués de todo lo que ha hecho? ¿Prefieres darle mi dinero, el d
jo Sofía, evitando su mirada. "Ahora, lo im
ra. "¡Si le das un solo peso, te juro, mamá, que no me volverás a ve
steza infinita. "Hijo, po
alió de la sala dando un portaz
, se secó las lágrimas falsas y miró a So
l dinero?" preg
a chequera y, sin decir una palabra, extendió un cheque por
igo," dijo Isabella, con una sonrisa de aliv
ción, probablemente para llamar a M
o, con una expresión de profundo dolor en el rostro. Pero entonces, lentament
to, cada lágrima de su hijo, era un sacri
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