alidad se asentó sobre la taq
que sincero, no había s
e la culpa, se movía de un lado a otro
nto de la noche anterior. "No es mucho, pero algo es algo.
las mesas de plástico, l
orbo de c
te lo aprueban. La operación de tu abuela es en diez días. Y los intereses nos
con una lógica bru
da a los vecinos" , sugirió Lupita con un h
del barrio
pesos aquí, doscientos allá. ¿Crees que juntaríamos trescientos mil pesos en una semana? La gente de
un clavo en el ataúd de su
vo en una silla, pasándo
había evaporado, dejando so
murmuró, con la voz ahogada. "Estam
cio volv
cuando Sofía
idido, el de alguien
, dijo, y su voz cortó el
la m
jor día de ventas. Lupita, ayuda a tu hermano. Necesito que
ién queremos engañar?" ,
e acerc
las de él, que estaba
os desesperados. La desesperación huele, y ellos tienen buen olfato. H
ofía era inten
lla que era a la vez i
guna señal de duda, de mie
esolución
n fuerza. "No voy a dejar que se salgan con la suya. No
no era so
ra sí
l legendario "Tahúr Fantasma", cuyas en
que ahora eran su únic