a, como si la objeción de su amigo fuera una ofensa personal. "Tú eres el
La voz de Eduardo sonó de nuevo, e
e sea la última vez que me pides estas co
icardo. "Solo asegúrate de que se vaya. No quiero
llamó la atención. Era profunda y tranquila, sin el tono arrog
o siempre estaban en segundo plano, borrosos. ¿Sería Eduardo uno de ellos? Un tipo alto, de ca
quitarse a Ricardo de encima? La duda se instaló en mi
no hubiera escuchado nada. Crucé el umbral del café y miré directamente a la mesa de Ricardo. Él levantó la vist
un último
uí. ¿Dónde t
casi instantánea,
go Eduardo. Tuvo que venir él, a mí me salió un impre
disculpa. "Habla
a helada dibujada en mi rostro