e se escapó d
na diversión que no había sentido
silencio atónito, seguido por el murm
fía? Se ve..
hica de campo. ¿
pero elegante, que resaltaba el ligero bronceado que había adquirido viviendo aquí. Mi cabello, que antes llevaba largo y sin mucho estil
. Era Sofía Romero, fotógrafa de bodas y organizadora de even
z fue Ricardo quien la empujó, su ro
of
Ya no había rastro de l
i tono educado pero distant
mi voz pareció en
a. ¿Quién es él? ¿Co
a de tu incumbencia
tó. "Todavía eres mi prometida. Nuestro
cuerdos amarg
en me acogió. Crecí en la casa de los Vargas, siempre consciente de que no era una de ellos. Mi vida entera giró en
e aferré a la idea de él, a la idea de
llegó
o. Ricardo quedó cautivado por su aparente dulzura y fragilidad. La llamaba su
de diamantes. Era una mentira, por supuesto, pero todos le creyeron a ella. En medio de la discusión
pulsera de plata con un pequeño dije, el
ñicos en
e hizo añi
pezó" y cayó por un corto tramo de esca
a que derr
agradecida. Al día siguiente, me envió aquí, a esta casa de campo propiedad de la
orazón roto y los fragme
onsuelo incondicional, murió. El veterinario dijo que fu
jo. Sola, humillada y c
onado por la ira, y no sentí nada. N
ce tres años, junto con