onstante, una rutina predecible y cruel. Si barría el piso, lo hacía mal. Si lavaba los platos, dejaba
a al suelo la ropa que yo acababa
en sus ojos, una explicación para su odio
se cayó y se raspó la rodilla, y ella lo cargó por toda la casa durante horas, cantándole canciones de cuna. Los
una vez, mientras yo remendaba mis únicos z
pequeña? Intenté recordar, pero solo encontraba memorias de una niña que buscaba la aprobación de su madre. Traté de ser la mejor en la esc
os acordes en su guitarrón, que me cargaba en sus hombros para ver los desfiles, ahora ap
de mariachi. Se me resbaló de las manos y una
feo roto en el suelo. Esperaba un reg
ja de ira. "¡Lo único que hace
contra la pared. Luego me tomó
verte cerca de mis
a entrar en la casa. Escuché a mi madre decir
la vecina que siempre me daba un pan dulce cuando pasaba, un día me cerró la puer
a, cuchicheos que se callaban cuando me giraba. El mundo se estaba encogiendo a mi alrededor. Todos
una isla de odio rodeada por un ma
-