eras. Su voz ya no era melosa ni comprensiva, era el chillido agudo y autoritario
a noche. La ira que había estado reprimiendo amenazaba con desborda
ándose frente a mí. "¿Por qué actúas
con su histeria. "Entendí que nuestro matrimonio se acabó. Entendí qu
puedes simplemente darme la espalda e
pesa que se podía co
poco de mi desprecio se filtrara en mi tono. "Has sido la mal
éfono y llam
uyo", le informé. "Firmaré lo que sea necesario. Te puedes queda
cir, su voz temblando, pero no de triste
abriéndose nos interrumpió. Rica
r". Luego me vio. "¿Todavía aquí, campeón? Pen
legaría en diez minutos. Solo te
ve adentro", l
, se acercó a mí. "Oye, en serio, gracias por la cama. Es súpe
segundos en mi cabeza. Seiscen
ezar. Su hombro chocó contra mi pecho, y él se desequilibr
rándose la pierna como si le hu
tando en el aire. La expresión de Elena cam
o de su mano al estrell
LA
inmediato, pero no fue nada comparado con el frío que se instaló en mi pecho. En mi vid
mío, sus ojos lanzando chispas. "¿Estás celoso? ¿Es eso? ¿No soportas ve
lavo en el ataúd de l
leña al fuego. "¡Elena, déjalo! ¡E
úlpate con Ricardo ahora mismo o te jur
, y no quedaba nada de ella. Solo había una extraña narcisista, consumida p
aqué los papeles del divorcio que mi abogado me había preparado es
os t
confundida. "
ue querías. Fí
ensó. "No hasta q
ás. "Firma los papeles, Elena. O mañana por la mañana, el video que tu novio me mandó
deció. Miró a Ricardo en el suelo, que de repente parecía mucho menos
pluma. Sin decir una palabra más, se apoyó en la pare
e los papeles al pecho. "Lár
sto", r
hacia la puerta principal sin mirar atrás. Escuché
de correo electrónico listo para mi contacto en la prensa. Un periodista de investi
"La famosa chef Elena no es soltera. Se casó en secreto hace 7 años con su jefe de cocina, Miguel Án
"env
vi a Elena ayudando a Ricardo a levantarse del suelo.
nrisa se dibuj
ada. Y yo estaría a miles de kilóme
-