, no en un salón de fiestas, sino en un exclusivo club
do el círculo social de Mateo estaba allí, sentados en sofás de c
la habían felicitado por el compromiso, los mismos que habían elogi
en el centro de la sala, bajo un foco de luz
Pobre diabla, creyó que t
era de nuestro tipo.
ue no olvidará. Bien merecido se
que se clavaban en su piel. Se sentía increíblemente sola, u
se había asegurado de que no pudieran contact
irar. Era una pesadilla, una de la que no podía despertar. El hombre que amaba, por el que
Camila, caminando juntos, como una par
iunfo absoluto. Se sentó en un lu
un micrófono en la mano, como
voz resonando en el silencio. "Gracia
nas risas
fía responde correctamente, gana un punto. Si falla, Camila
só en Sofía, fr
da, la apuesta es algo
caja de terciopelo sobre una mesa junto a
de Sofía
que contenía una diminuta foto de sus abuelos el día de su boda. Era lo más sagrado q
niendo el relicario con desdén, "ser
so de pie d
avor! ¡Todo menos e
quebró en
omenzado," respondió él sin mirarl
volvió ha
e nuestra querida Camila, para ver qué
reguntas eran sobre Camila. Estaba diseñado para q
oz apenas un susurro. "¿Por qué? ¿
r insulto. Fue la confirmación final de que el Mateo del que se había