rta se abrió y
Rodr
da en su rostro. La miró de arriba abaj
que el horno funci
rás de él. El aire se volvió pesado, cargado d
que salir a arreglar
cogió instintivamente, retrocedi
he venido a tocarte
te ocupaba Javier, invadiendo su
sto," dijo, señalando su vientre con un gesto de la barb
puro y silencioso que era lo ú
areció di
Siempre fuiste más interesa
ia adelante, b
que me está dando algo que quiero. Qué ingenuo.
iguo apodo la hi
erdad es que la información que me diste, hace mucho tiempo, fue sobre él. Sobre sus debilidades. Sus ambiciones. M
a. ¿De qué hablaba? Ella
do llorabas en mi hombro, diciéndome lo cruel y ambicioso que era Javier, cómo te asustaba su sed de p
hombre equivocado. Había pensado que era una conversación sin importancia, desa
. Y yo, yo solo estoy aquí para ver el espectáculo. Y para asegurarme
brehumano, se incorporó y le escupió en la cara. La saliva, te
con el dorso de la mano. Su sonrisa desapa
deci
ro en lugar de eso, caminó hacia la pequeña mesa de noche. V
rec
tuvo la r
amisa, revelando su antebrazo. Y con un movimiento rá
brotó inme
, horrorizada
chillo al suelo, cerca
á loca! ¡Inte
iendo. Vieron a Rodrigo sangrando, el cuchillo a los pies de Sofía, y a e
a perfecta.
perra!" gritó Rodrigo, sosteniendo s
ía, pero antes de que pudieran tocarl
, agarrándose el vientre. Un líquido caliente l
roto
a rabia. Su cuerpo hab
no de los guardias
mezcla de pánico y satisfacción en s
que su preciado contenedor
en la cama, convulsionando de dolor. Las contracciones llegaban una
iatura, el clo
dora, que el siguiente capítulo de s