n semanas. El tiempo se volvió u
rtado parte
blar fuera un ejercicio doloroso y torpe, un recor
ue no intentara "convencer
trados. El dolor en su boca era un fuego
verla tod
o, como si nada hubiera pasado. Le hablaba con una voz
iendo fuerte. Tienes que cuida
cón oscuro de su mente, un lugar donde el dolor no podía alcanzarla
con un plato. Olía
hígado crudo, t
s proteína. Mucha. Para que
edor frente
eza. El olor le p
de Javier s
Tienes q
vo, un gemido escap
la mandíbula con una fuerza brutal y le abrió la boca. Con la
mutilada. Las arcadas la sacudieron. Intentó escupirlo, pero
ag
us mejillas mientras él le
la boca con una servilleta, como si acabara de alim
a sangre en la garganta y un nuevo n
sentía nada. Ni amor, ni odio. Solo una extraña desconexión. Er
Rodrigo se hic
teléfono en alta
ba la voz de Rodrigo, llena de
día Javier. "La temperatura es esta
, "horno", "producto". Así l
tivaba la videollamada y apuntaba el teléfono al vien
Creciendo
el bulto que empezaba a formarse de nuevo. Era una pesadilla recurrente. El vientre que
Se sentó en la cama y la abrazó. Su c
cuando todo esto termine, volveremos a estar juntos. Como antes.
pudiera, ¿qué le diría? ¿Que "antes"
su pacienci
sa. Es mi boleto para salir de este lío. Y
ando la puer
uperando lentamente de la herida en su muñeca, de la mut
a a su hijo. Las pataditas que nunca sentiría. El llanto que nunca escucharía.
tarla era el único ancla q
su primer embarazo. Se veía en el espejo del baño, una figura esquelética con un abdomen hinchado. Su cabe
intió un
pa
los ojos y deseó desaparecer. Pero el cuerpo seguía funcionando, seguía nutriendo a la criatura. Prision