gas, se enamoró de la
secreta que yo descubriera. Simplemente un día llegó a casa, se sen
ras cuentas. Se iría solo con la ropa que llevaba puest
a Renata, y tampoco quiero
, como si estuviera
un pequeño departamento alquilado, comiendo sopas instantán
agué junto con el nudo en mi garganta y le respondí c
á bi
se quedó
na escena. Esperaba que me aferrara a
a vez, en la universidad, un compañero de clase me hizo un c
n ojo morado, pero me abrazó y d
na mezcla de culpa y alivio, porque su
es es un silencio, una transferencia de lealtad
z me profesó, ahora