ina. Es todo lo qu
o yo sentía el peso de cada palabra. Siete días par
sonaba firme, sin rastro de la tor
Fortaleza con el mundo exterior. La pantalla parpadeaba, mostrando el r
bio, me liberarían. Una extracción de conciencia, lo llamaban. Un final definitivo para mí, p
rtió. "El procedimiento es exp
," dije. "¿A quién
devolvía la mirada. Era el rostro de Valeria, mi hermana gemela, pero los oj
el sonido de la vida que yo protegía. Pero para ellos, yo era solo la a
solo querían a la "dulce" Valeria. La Valeria que se escondía en lo más
u miedo q
sangre. Valeria, con solo quince años, se quedó congelada, un blanco fácil. En ese pánico, en su t
imo se unieron a mí, o más bien, a nosotras. Al principio, me admiraban. La luchadora, l
u falsa inocencia, su manera de hacer que todos se sintieran fuertes y protectores. Mi pragmatismo, m
e la caja cuando había problemas y que guar
ué haces a
nsamientos. Se acercaba con Máx
in una pizca de celebración en su voz. "Val
se gritar. Pero me
l de alguien que da una orden, no el de un primo que pid
una pizca de apoyo, de
eria ha estado muy estresada últimamente. Necesita un día nor
demasiado cobarde para enfrentar el mundo. Yo solo existía porque ella se negaba
sonido de mi propia vo
y doloroso. No les importaba mi sacri
áximo, intentando una sonrisa que no
luchaba, la que se rompía en silencio para qu
ria, una certeza fría se instaló en mi corazón. Mi decisión era
te
s más y s