a miró con desaprobación. "Así que tú eres la nueva. El señor Ricardo
la mujer por un pasillo de mármol reluciente.
n de cuero, con Laura a su lado. L
con voz aguda. "Tengo sed
ndo regresó con el agua, Laura se la arrebató de la mano
ho!" gritó Laura. "Ricardo, q
una oportunidad, Laura. Acaba de llegar. Ximena, limpia es
el agua del suelo. Luego se sentó en un rincón con un
almente" pisó su mano con la rueda de su sil
in una pizca de arrepentimiento en s
día. La hacía limpiar los baños con un cepillo de dientes, pulir la plata hasta que sus dedos sangrab
ientas más antiguas, María
un ángel, especialmente cuando el señor Ricardo está cerc
Ximena en voz baja. "Es él. R
ualquier cosa por ella. Es mejor que
a salvo. Así que aguantó. Soportó los insultos, el dolor, la humillación. Cada noch
casa estaba llena de gente rica y poderosa. Ximen
ró frente a la habitación de Ricardo. La puerta estaba
na. Pero la expresión de su rostro no era la habitual máscara
la vio. Sus ojos se encontraron por un instante. La
a agarró del brazo y la metió en la habi
¿Espiando?" siseó, su rostr
perdí," tart
able. "Claro que sí. Siempre
o aprisionando el de ella. El olor
mente suave. "El acuerdo del corazón es un final demasiado rápido,
Ximena se congeló, el pánico la paralizó. Esto era dif
rdo, no," suplic
Por favor, Ricardo, sí. ¿No
o brutal y castigador. Ximena luchó, pero él era dem
y algo más, algo que sonaba a desesperación. "Me lo
os cerrados. Se sintió transportada cinco años atrás, a otra noche, otra habitación, donde él
i nada hubiera pasado. Sacó una cartera y
frialdad. "No quiero que digan
l suelo con manos entumecidas y salió de la habitación, con la cabeza gacha, sin mirar a nadie. La fiest