ajo sus pies. El acuerdo de donación de corazón pesaba en su bolso como
olor de las flores, que antes la calmaba, ahora le revolvía el es
querida? Parec
el gesto se sintió como una
erta sonó. Levantó la vista y su corazón se detuvo. Ricardo estab
n una sonrisa cruel. "La gran periodista de investig
do, querido, no perdamos el tiem
al mostrador. "Quiero un ramo de rosas rojas. Las má
as. Con manos temblorosas, preparó el ramo. Cada rosa qu
de billetes al suelo. "Uy, qué torpe soy. ¿Podrías recogerlo por
carita pálida en la cama del hospital. Se arrodilló y recogió
volvió hacia la jefa de Ximena. "Le doy el doble de l
a con lástima, pero el dinero era demasia
do y Laura salían riendo de la tienda. Había perdido su trab
estaba despierta, dib
vocecita débil. "¿Po
sa. "No estoy triste,
an sonrisa. "Esta eres tú, mami. Feliz." Luego señaló otra figu
Sofía de su padre. No sabía cómo explicarle que el hombre
a, su voz apenas un s
echo. Abrazó a su hija con fuerza. "No, mi vida. No di
convertiré en una estrella en el cielo. Y te cuidaré desde al
nalmente se derramaron. Lloró por la inocencia de s
uerdo de donación. Su vida por la de Sofía. Ya no te
sugerencia de Ricardo de la mañana anterior
era firme, despro
s suficiente. Necesito un lugar para vivir hasta...
ha. "Sabía que entrarías en razón. Empaca tus cosas. Mi chófer pasará
que Ximena pu
a pequeña maleta en la mano. Tomó una respiración profunda, preparándose para el infier