ital, sola. La luz del sol se filtraba a través de las persianas, dibujando rayas en la pared blanca. Me dolía todo
mis signos vitales. Era jove
o, estaba muy preocupado. Dijo que volvería por usted, pero supongo que s
ospital sabía que yo era la segunda opción, la que
de golpe y Leonardo entró como una t
pequeña habitación. "¿Estás contenta ah
a. "¿Por mi culpa? Tú eras
no habríamos tenido que irnos! ¡Todo esto es tu cu
abios. "Yo no hice nada. Me atacaron." Señalé mi brazo, que
o irracional. "Las heridas de Isabela son más graves. Tiene una conmoción cerebral.
oz temblando de rabia y dolor.
fuerza. "No te atrevas a decir eso. La próxima vez, aseg
temblando. Las lágrimas de frustración me quemaban los ojos. No so
í. Cuando me miraba, veía a un estorbo, a alguien que ocupaba el lugar de Eva. Y a
en dos empleos para pagar mi pequeño apartamento, estudiaba por las noches. Era
n entró en la habitación. Su ros
quiera saludar. "Leonardo está destrozado por la
" respondí, mi voz más firme de
por lástima y porque te parecías un poco a Eva desde lejos. Pero ahora que Isab
ro ya no me afectaban como antes. La armadura que h
irectamente a los ojos. "En cuanto pueda caminar,
que puedes irte así como así? Leonardo no te lo
e de la familia," declaré.
abrió de nuevo. Era Leonardo. Hab
eligrosamente baja. "¿A dónd
do de una tensión que podía cortarse con un cuch