img Un Destino Cruel: Amor en Cautiverio  /  Capítulo 3 | 36.36%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1395    |    Actualizado en: 08/07/2025

osamente construido, se vino

ograf

te. Estaban en su despacho. El olor a miedo y a whisky

escritorio, mirando unas fotos impresa

n levantar la vista. "Brenda, a pesar de ser una pendeja, era una pend

n vuelco. Un vuelco viole

ada, pero clara. Mostraba a Sofía hablando con Lucía en l

hablando con Mateo

ámara, con esa pequeña sonrisa de triunfo en

ve. "Parece que la pobre sirvienta no fue tan espontánea c

entía el sudor frío recorrer su espalda. Estaba

," ordenó El Patrón a un gua

Y lo haría lentamente. Su mente corrió a mil por hora, bu

nos

rdad más grande, más impactante, más doloro

s. Lucía temblaba, pálida de terror. Mateo mantenía su rost

ró las fotos sob

quenme

primera vez, Sofía vio una grieta en su

mpezó a

yo no

momento que

o y decidido, se arrodi

y clara, resonando en la hab

na ceja arqueada. Di

artista tan inteligente

an la garganta, pero no se detuvo. "Estaba celosa de Brenda

a reír. Una risa

? ¿Tú? No

sta. Sus ojos brillaban con una inten

abrecartas de plata maciza que estaba sobre el

egundo, se lo cl

o escapó de sus labios. La sangre brotó al instante, empapand

te, un grito ahogado en

un chillid

su rostro. La violencia autoinfligida de Sofía fue ta

por el dolor, pero con los ojos fijos en los de él. "Haría cualquier cosa por estar a su l

iva había

a, obsesionada, peligrosa. Una mujer capaz de cualquier cosa por

as todavía clavado en su pierna. Miró

lo

, señalando a Mateo y Lucía. Su v

sistió por un momento, sus ojos clavados en Sof

rón se levantó y rodeó el escri

" susurró, su voz una mezc

ndió Sofía, el sudor del

na con un tirón brusco. Sofía se

gritó El Patrón hacia

sionó contra la herida pa

lgo así por mí," dij

ue había ganado. A un costo

no tuvo piedad. No la mató. Hizo algo peor. Le quitó todo: su dinero, sus joyas, su estatus. La echó de la hacienda con lo puesto y se asegur

advertencia de no volver jamás. Fue un acto de extraña piedad, quizás p

Sofía fue r

triz larga y fea que le recordaría su sacrificio para

ista. Se convirtió en la mujer de

ra, de repente, tenía peso. El respeto que los hombres de El Patrón le mostraban ya no er

poder. Un poder

su lado, Sofía se quedaba despierta, mirando el

vertirse en un monstruo para sobrevivir en una jungla de monstruos. Se

a pena e

le, era frágil. Tan frágil como el cristal. Podía romperse en cu

alculador, comenzó a crecer en la oscuridad de su mente. Un heredero. Un hijo

roblema. Una espi

te

. Era una mirada de sospecha. De cautela. Él no se había creído su actuación.

sab

rio. ¿Quién era realmente? ¿Cuál era su verdadera lealtad? Su presencia constante a su lado

nica persona en ese infierno que le h

luto acababa de comenzar. Y Sofía sospechaba que su oponente más peligros

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