i cama. Alguien me había limpiado la sangre y me había puesto ropa limpia. Un
la ventana, pero la habitación
película dolorosa. Recordé cada sacrificio, cada humillación que soporté, cada ment
suficientemente leal, Damián finalmente vería mi valor. Me había convert
donado por él, mientras consolaba a la mujer por la
ante. Nunca me amó. Ni siqu
inalmente se ha dado cuenta de la escala monumental de su propia estupide
aje impecable y parecía fresco y descansado. Com
de voz casual. "El médico dijo que no es
lo lo miré con
que antes me habría hecho el corazón salta
esafortunado. Pero atacaste a Isabela.
vocó," dije,
replicó, descartando mis palabras al instante. "Pero olvidemos eso. Esta noche h
"No voy a ir a nin
traje, bajarás y sonreirás a mi lado como si nada hubiera pasado. Necesitamo
ería exhibirme, mostrar a todos qu
i me n
a centímetros del mío. Su ali
a morgue del hospital. Su entierro depende enteramente de mi buena v
ora, con el dolor de su muerte t
errotado una vez
a alguien para que t
ejándome con el sabor
entía como una mortaja. Un estilista había cubierto mis moretones con maquillaje y había pe
mián me tenía agarrado del brazo, su mano como un grillete. Sonreía a los invitados, acepta
de gente influyente. Llevaba un vestido rojo que acaparaba todas las miradas
n pequeñas turquesas, lo único de valor que ella poseía. Se la había regalado a mi madre,
ió cogerla
lmones. Era una profanación má
prestamistas peligrosos. Iban a matarlo. Yo, un simple estudiante que trabajaba a tiempo parcial en uno de sus primeros negoc
ue nunca lo olvidaría, que siempre me pr
irón
ones se convirtió en un zumbido ensordecedor. El calor, el perfume
nto bien,"
sin mirarme. "Es
aquearon. La fuerza me abandonó por comple
el salón. Todas las miradas
rostro una mezcla de ira y vergüenza.
n hacia Isabela, que lo miraba con
a, la tomó del brazo y guio a la multitud preocupada lejo
elo de mármol, una mancha embarazosa en su fiesta
de la pulsera de mi abuela en la mu
aciones de invitados, una que rara vez se usaba. Alguien simpleme
nsamiento fu
lí de la habitación. Tenía que recup
incipal, donde sabía que Isabela se estaría quedando.
partir con Damián. Y sobre la mesita de noche, junt
e invadió. Me acerqué sigilosament
la iba a