img Divorciamos En La Novena Vez  /  Capítulo 1 | 7.69%
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Historia

Capítulo 1

Palabras:1132    |    Actualizado en: 08/07/2025

te que lo había sacado de las pistas de carreras, su andar arrogante ahora reemplazado por un cojeo que lo enfurecía, a pesar de su

, sus manos me apartaron con una gentileza est

o, sentándose con cuidado en el sof

presentimiento que se instal

? ¿Te sientes mal? ¿

abeza, su expres

sobre nosotros,

silencio de la sala, siempre era Mariana, el fantas

or, acabas de lleg

éplica, "sé que no he sido justo contigo, sé que ella siemp

n desafío? ¿Qué clase de

te, "sin preguntas, sin dramas, simplemente te vas y me dejas en paz para siempre, pero si no llego

retorcida de pedirme permiso para seguir siendo un infiel, pero estaba tan desesperada por su a

a palabra se sintió co

mi destino, él lo firmó con una floritura, como si fuera un contrato millonari

pre involucraban a Mariana, cada vez, él volvía con flores y promesas vacías, y yo, como una tonta, lo perdon

a golpeaba las ventanas con furia, yo estaba acurrucada en el sofá, con un cóli

cardo sonó, era e

preocupación falsa llenó sus

ente? ¿Estás bien

buscando las llaves del

ente en la carretera, t

vientre se intensificó con la angustia, "está lloviend

Ximena!" , me cortó, su voz era

mo si yo fuera un estorb

con un hilo de voz, las lág

una sonrisa casi impercepti

a detrás de sí, dejándome sola con el ruido

e alejarse, el dolor físico y el emocional se fundieron en una ago

, me puse un impermeable sobre el pijama y salí a la calle, la lluvia helada me empapó al instante

a mis lágrimas, hasta que mis pies, casi por instinto, me llevar

mente desde el interior, toqué el timbre, sintiendo

solo rasguño, llevaba un vestido de seda rojo que se ceñía a su cuerpo y

a" , dijo, su voz goteaba veneno, "¿buscas

sentado en el sofá de ella, riendo, sin rastro d

nza se extinguió, caí de rodillas en el umbral de su puerta

o de mi humillación, pero algo dentro de mí se rompió

el dorso de la mano y la miré a los ojos, ya no

e había preparado desde la octava vez, un acuerdo d

sonaba extrañamente calmada,

ensanchó, le guiñó un ojo a Ricardo, q

resa" , le dijo con dulzura empalagosa,

ana, tomó el bolígrafo que ella le ofrecía y firmó

toria, firmó mi liberación,

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