monstruoso?" me espetó Fernando, una vez que Sofía, todavía sollozando, se h
Sofía es incapaz de hacer daño, solo es una niña que cometió un error inocente. ¿
verdad, me llenó de una fría decepción. Discutir
ono y bajando la mirada. "Tal vez reaccioné de forma ex
amientos. Era más fácil para él creer que yo estaba
obre Ximena, debe estar muy asus
o, mi amor. No debí acusar a Sofía
etándome con fuerza. "Está b
dora. Este era solo el primer round. Había ganado esta pequeña batalla al e
pálido al oír el informe, pero cuando enfrentó a Sofía, ella se deshizo en un mar de lágrimas de nuevo, jurando que había tomado las hierbas del jardín y que no tenía idea de su efecto. Dijo que tal vez las había confundido con o
embarazo a sus socios y amigos más cercanos. La casa estaba llena de gente, música y r
na y yo tenemos una noticia maravillosa que compartir. ¡No vamos a
aba a abrazarnos, a desearnos lo mejor. Me sentí momentáneamente envuelta e
sa servil que no llegaba a sus ojos pequeños y astutos. Llevaba un traje que parecía un poco apretado y demasiado brillante. Observaba la escena con una mirada calculado
oscuro del patio, fingiendo tomar aire fresco, pero manteniéndolos a la vis
es, vi cómo ella le pasaba discretamente un fajo de billetes. Él lo tomó rápidamente
nsamientos, filtrando
as. Elena se va a poner como loca. Esta mocosa tiene que actuar rápido si quiere ver algo de la lana de
mío. No lo voy a permitir. El té no funcionó, pero el tío Roberto tiene otras ideas. Ideas más... perman
olo una niña y Fernando aún no era el magnate del tequila que era hoy. Sabía que había reaparecido en sus vidas rec
embarazo. Volví a entrar a la fiesta, con el corazón latiendo con f
do, Sofía se acercó a mí con un plato de postre. Era un flan napoli
isma sonrisa inocente de siempre. "Para que recuper
. La miré a los oj
stés profundamente dormida, haré que parezca que te resbalaste en las escaleras. Un trágico accidente. Papá
s venas. La audacia, la cr
La fiesta seguía con los últimos invitados, todos riendo y bebiendo en
rayendo la atención de Fernando y de los
anés de Fernando, Brutus, que
s también quiere un p
to en el suelo. Brutus, feliz, se acercó y lamió e
o ahogado. "¡No! ¡
staba pálid
, mi voz llena de una falsa in
vantó, confundido. "Ximena, ¿por
de vueltas, gimió suavemente, y luego se desplomó en el suelo, p
cayó sobre la habita
entar a Sofía, cuyo rostro e
l silencio. "¿Qué le pusiste, Sofía? ¿Querías que durmiera tan profundament
s. La máscara de niña buena se hizo añicos, revelando