por la mañana que sería en la mansión de sus padres. Una for
ropa se sentía de otra época. Eligió un vestido sencillo, de
so. Las sonrisas eran forzadas, las
do rojo, uno de mis diseños más icónicos, de la última colección que presenté antes de
ña del lugar. Como
í. Mateo se puso a mi lado, su mano en mi espal
su voz goteando falsa dulzura. "Ese vestido r
una sonrisa
que era perfecto para la ocasió
ervino rá
do la empresa a flote, Sofía. Ha reinterpretado
o?" repetí. "Es
Camila vaciló
spiración. Además, alguien tenía que hace
sus ojos eran dagas. Se acercó más, baja
apellido Ramírez no sería nada e
dacia, el descaro. Me pisote
as relaciones públicas para mí, tú eres el talento creativo". Ahora entendía por qué. No quería que yo brillara. Quería mantenerme ence
una invitada incómoda. Camila estaba al lado de Mateo, en el lugar que
de la familia Vargas, se
esta familia. Ha demostrado ser una empresaria mucho más astuta y estab
ateo se
consejo algo que creo que todos apoyarán. Nombrar a Camila c
so fue a
Camila, "le daremos la propiedad total de todas las colecciones pasada
n mi pasado. Mi trabajo, mis creaciones, mi alma. Todo entregado
te que ahogaba los aplausos. Vi a Diego, mi hijo, al otro lado de la mesa. Él tam
eta, pública y absoluta.