ndoza" . Se burlaban de mí en sus clubes privados y en las columnas de chismes. Me veían como una arribista, una i
abitación oscura y opresiva, llena de muebles antiguos y retratos de
sentarme. Su voz era como el filo de un cuchillo. "¿Qu
una mezcla de inocencia y devoción que habí
orta. Y estoy dispuesta a probarlo. Pasaré la noche
labios. Era la sonrisa de un depredador que ve
a. Es a la soledad. A la oscuridad. Ocho mujeres ant
perando que el mie
adie te culpará. Vuelve a tu pl
i podía saborearlo. Pero yo no era un
oz firme. "Soy más fuerte de lo que parezco. Sobreviviré. Y cua
omento, como si intentara descifrar un
. La ceremonia será en
corazón latiendo con fuerza, no de miedo, sino de ant
me esperaba en la sala, con los ojos rojos de ira y de lágrima
e en cuanto cerré la puerta. "
o que hacer" , res
Quieres que te enterrem
era dentro de mí. La ira que había manteni
te nada para defenderla! ¡Dejaste que la difamaran, que la llamaran loca, que la culparan
un paso hacia mí, con el rostro de
tarme a los Mendoza? ¡Nos habrían destruid
ella!" , repliqué. "Ustedes la
s de resentimiento. Mi padre me miró como si fuera una extrañ
a hacienda, olvídate de que tienes
preparada y salí de la casa, dejando atrás los sollozos de mi madre y la mira